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Oiarzabal vuela hoy a España para tratar sus congelaciones

Ayer no fue un domingo cualquiera. Ni para la ciudad ni para mí. Para mí porque conté con la compañía de Juanito Oiarzabal, Carlos Pauner y Javier Pérez. Vinieron en helicópteros directamente desde el campo base y a media mañana estaban ya aquí. Un poco más abajo os cuento todo lo referente a Juanito, sus congelaciones y su traslado urgente a Zaragoza.

Lo que os quería comentar es que tampoco fue un domingo normal para la capital de Nepal. Ayer hubo huelga general en Katmandú, organizada por los mahoistas, sí, sí, los mismo que lograron el derrocamiento del Rey hace unos años. Y cuando digo huelga, es HUELGA, con mayúsculas. Es decir, la ciudad se paraliza absolutamente y en la calle sólo hay manifestantes y policías (y algún turista curioso que tras ver el ‘espectáculo’ se vuelve al hotel). Una huelga en domingo? os preguntaréis. Pues sí. Aquí, la verdad es que en una ciudad tan bulliciosa como ésta no hay mucha diferencia entre cualquier día de la semana. Todo está abierto siempre, así que su efecto también es muy grande. Además, querían hacerlo al día siguiente de mayo, como repuesta a los actos oficiales del Día del Trabajador organizados po el Gobierno. El caso es que imponía ver una ciudad como Katmandú, donde el caos circulatorio es una de sus carácerísticas, sin un solo coche en sus calles. Sólo circulaban los vehículos de emergencia y los coches y furgonetas con el cartel ‘tourist only’.

Como digo, los huelguistas se lo toman en serio y las manifestaciones se suceden todo el día por toda la ciudad. Por la tarde, Juanito tuvo que ir al hospital para que le dieran el certificado que necesitaba para ser trasladado urgentemente a España y el viaje hasta el centro sanitario fue una odisea. Las principales calles de la ciudad estában cortada o por piquetes o por la policía, así que tuvimos que dar vueltas y vueltas por media ciudad hasta encontrar calles libres. Nos cruzamos con un par de manifestaciones en las que me llamó especialmente la atención la juventud de los manifestantes. Su edad media no pasaría de los 25 años. Igualito que en casa.

Calles desiertas y policía ante en antiguo palacio real, hoy museo.

Vacas y manifestantes por las calles.

Os dejo ya con las crónicas de Juanito Oirzabal y de la expedición de Edurne Pasaban en el Shisha:

Juanito, camino de Zaragoza

Del campo base a la cama del hospital en menos de 48 horas. Juanito Oiarzabal sabe por experiencia propia lo importante que es el tiempo para tratar las congelaciones y no ha perdido el tiempo. Ayer fue evacuado en helicóptero desde el campo base del Annapurna -al igual que sus compañeros de expedición Javier Martínez y Carlos Pauner- hasta Katmandú y, tras cerrar con urgencia todos los trámites con los seguros, hoy mismo viaja a España.

Aterrizará en Madrid sobre las once de la noche en inmediatamente será trasladado hasta Zaragoza, a la clínica MAZ. Allí será tratado una vez más por el doctor Kiko Arregui, neurocirujano y uno de los mayores expertos en congelaciones del país. Las congelaciones del alpinista vitoriano, según el diagnóstico inicial de los doctores Morandeira y Nerín que le hicieron en el mismo campo base, no revisten especial gravedad.

El mayor problema es que se han producido en una zona ya muy castigada por el frío, como son las puntas de los pies. Oiarzabal tiene amputados los diez dedos de los pies desde 2004, cuando sufrió severas congelaciones durante el descenso del K2. Mientras tanto, la jornada de ayer fue de reencuentro con viejos amigos. La primeravera en Nepal es un hervidero de alpinistas, que se concentran en dos o tres hoteles de la ciudad. En el Yak & Yeti, Juanito se encontró con gente como Denis Urubko y Simone Moro, que hoy mismo parten hacia el Himalaya con un objetivo nunca realizado hasta ahora, la travesía entre el Everest y el Lhotse.

Shisha Pangma

Mientras tanto, Edurne Pasaban ya está centrada en el Shisha Pangma (8.027 m.), el que debe ser su decimocuarto ochomil. Aunque en cuerpo ella y sus compañeros Asier Izagirre, Alex Txikon y Nacho Orviz llevan en el campo base avanzado, a 5.600 metros de altitud, desde hace cuatro días, su mente ha estado hasta ayer en en Annapurna. Allí han vivido muy de cerca la trágica desaparición de Tolo Calafat y ambién ha estado pendientes del rescate de sus amigos Juanito Oiarzabal y Carlos Pauner.

Han sido días “raros y difíciles -según explica Edurne Pasaban- con todos los problemas surgidos en el Annapurna y la muerte de Tolo que hemos vivido de cerca: contactábamos cada dos o tres horas con su campo base; estábamos lejos, poco podíamos hacer, pero al menos así apoyábamos a los que estaban en el campo base”, añade. Pero como dice el tópico, la vida sigue, y ellos tienen ante sí la ascensión al Shisha, el ‘ochomil’ más bajo, uno de los considerados más sencillos, pero también el que más se le ha resistido a la alpinista tolosarra, que lo ha visitado ya cuatro veces en los últimos años.

Tras llegar perfectamente aclimatados del Annapurna, el grupo mantiene invariable su plan, que no es otro que aguardar la llegada del buen tiempo para realizar un ataque en estilo semialpino. No lo será totalmente alpino poque aunque ellos no se van a meter antes en la vía -uno de los requisitos para ser calificado como tal- en esa misma ruta habrá otras expediciones que han montado ya campos de altura y han instalado cuerdas de las que se beneficiarán la tolosarra y sus compañeros. Los grupos principales son un italiano, liderado por Mario Panzeri y Michele Compagnoni, dos viejos amigos de Edurne; una expedición comercial de la firma Amical de Ralf Dujnovits, el marido de Gerlinde Kaltenbrunner; y el español en el que se encuentra el bilbaíno Juanra Madariaga.

Y como tampoco se trata de estar sentados todo el día en el campo base, el grupo realiza regularmente salidas en los alrededores ascendiendo pequeñas cotas en torno a los 6.000 metros para no perder la aclimatación. Este fin de semana, además, se han acercado hasta la entrada del glaciar para hacer un depósito de material e “ir adelantando tareas”, según la alpinista vasca. Y mientras llega la ansiada ventana de buen tiempo, que podría situarse a finales de semana, según los partes meteorológicos, aún a largo plazo, de Victor Baia, el tiempo no es del todo malo.

Y?en todo caso no tiene nada que ver con el que ha vivido la tolosarra las otras veces que ha venido a esta montaña. “Por las mañanas está haciendo bueno, pero por las tardes entran las nubes y nieva un poquito”, asegura Edurne. “Sin embargo, no nos podemos quejar, ya que en las otras dos ocasiones en que he estado en este campo base el viento era inaguantable, mientras que ahora no está pegando fuerte, y cuando sale el sol se está muy bien”.

De todas formas, el ataque a cumbre se anuncia como un asalto masivo, ya que las otras expediciones han instalado ya el campo 2, a 6.900 metros y han dado por concluida su aclimatación. “Por nuestra parte ya estamos preparados, aunque hemos dejado las tiendas sin montar para que el viento no las rompa. Sólo nos queda esperar el ansiado buen tiempo para ir al C-2, subir para montar el C-3 y ver cómo planteamos la cima”, explicaba Madariaga. Cómo Plantear la cima.

Efectivamente, ése es otro de los dilemas que los alpinistas deberán resolver cuando estén metidos en la montaña. El problema es cómo atacar la arista que separa la cima secundaria (8.008 m.) de la principal, apenas trescientos metros lineales, pero habitualmente con cornisas muy inestables. Las opciones son dos. O ir por ella si la ven estable, o realizar una travesía por debajo. En una semana, la solución.

Por Fernando J. Pérez e Iñigo Muñoyerro

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