Treneando publicó ayer un magnífico post dedicado al filme ‘Aquel maldito tren blindado’ (‘Inglorious bastards’, preguntar a Tarantino), de Enzo G. Castellari, en el que otras cosas se rendía un merecidísimo homenaje a Emilio Ruiz del Río, el gran artesano de los efectos especiales en España. Me agradó mucho que Mikel Iturralde se refiriera a Ruiz del Río como “el Tsuburaya español”. Aunque luego me comentó que lo había leído en alguna parte, yo era la primera vez que lo leía. Me parece un comentario acertadísimo. Ignoro si las vidas de Tsuburaya y Ruiz del Río se llegaron a cruzar alguna vez, pero que sus formas de trabajar tenían mucho en común es innegable: uso de maquetas corpóreas, juegos de perspectiva… y sobre todo mucho talento, amor por su trabajo y espíritu artesanal.
Si no os suena el nombre de Ruiz del Río seguro que alguna vez habéis visto una de sus mejores secuencias. Me refiero a esta. Este maestro de los fx trabajó mucho con Juan Piquer Simón, al que queremos mucho en este blog, pero en el mundillo es también muy recordado por sus estupendas aportaciones en Dune.
A Ruiz del Río no le gustaban los ‘making ofs’, porque rompían la magia. Ahora parece que muchas películas se ruedan para que luego sus autores se explayen a gusto explicándote cómo se han gastado 300 millones de dólares en rodar asombrosos CGI. Pero bueno, es la vida y es el cine.