Zamorako astronomia zaletua da Angel L. Huelmo. Ordu mordoa bota ditu teleskopiotik begira. Argitaratu genituen bere kronika batzuk orain delaurte bete. Han dizue Angelen inguruko zehaztasun gehiago: Qué observar con un telescópio modesto – I. Eta obserbazio kronikak hemen eta hemen.
A pesar de que normalmente maneja telescopios de gran diámetro, de vez en cuando hace observaciones con telescopios menores, para animar a la gente a observar, pues todo telescopio que tenga un mínimo de calidad es bueno para la observación. En este caso, al igual de las anteriores crónicas publicadas, las observaciones las hace con el Bresser Skylux 70/700 de la imagen, adquirido en Lidl por 70 euros.
Es lunes 24 de Enero, y el cielo está fabulosamente limpio. Me planteo seriamente salir al campo con el 40 cms, pero sopla tanto viento que no tiene sentido ni siquiera intentarlo. No queda más remedio que observar en casa, e inicialmente mi idea es hacerlo con el ED127. A última hora desisto. Me apetece dibujar, y aún con el cielo sub-urbano de Navalmoral (pueblo de 18000 habitantes en Cáceres), el ED127 muestra suficiente carga de estrellas como para que me agobie la perspectiva de representarlas todas. Es buena noche para el Lidlscopio. Se saca con una mano, y no me da pereza. Es suficientemente compacto como para poder montarlo en una esquina de la terraza, bien abrigado del viento. Y es suficientemente modesto como para que no de mucha pereza dibujar lo que muestra (cada vez que me siento a dibujar el doble de perseo con el ED127 me da un jamacuco y decido no dibujar nada).
La noche está estupenda, con un grado de oscuridad muy razonable para obsevar dentro del pueblo (SQM de 19.3, magnitud límite rondando la quinta). El seeing es malo, pero con 7 cms de diámetro y para ver cúmulos abiertos da igual. Planté un Plossl 25 mm, y me fuí a M37, el segundo de los tres famosísimos cúmulos abiertos de Cochero que dibujo con el Lidlscopio. Sólo me queda M38.
A tan bajo aumento y en un primer vistazo, M37 se muestra como un borroncito débil con unas cuantas estrellas tenues por encima. El aspecto cambia significativamente al subir a 75x con un Plossl 9.5. El fondo de cielo se ve más oscuro, la neblinosidad se ha reducido y en su lugar han aparecido un número muy razonable de estrellas. Hay media docena de estrellas más brillantes, particularmente la central, y el resto son bastante más débiles y difíciles. Forman diversas concatenaciones cerca del límite de detección. Subí a 140x con un Plossl 5 mm, y para mi sorpresa la imagen aguanta considerablemente bien. Las estrellas siguen enfocando como puntos definidos, y el cúmulo se ve ahora muy bien. LLena el ocular, y aunque eso hace perder estética, las estrellas débiles se perciben muchísimo mejor contra un fondo de cielo más oscuro que a 75x.
Una vez reconocido el cúmulo, volví a 75x. Tras familiarizarme con las estrellas más difíciles a 140x, consigo verlas también a 75x, y al haber pasado un buen rato sin tirar de linterna, mi adaptación a la oscuridad ha mejorado, y el cúmulo se percibe ahora sorprendentemente bonito para las condiciones y el telescopio. Son cerca de medio centener de estrellas débiles aglutinadas ocupando la mitad central del campo del ocular. Mejor de lo previsto. Volvemos a lo de siempre, para obtener resultados hace falta perseverancia. Mirar 30 segundos y cambiar de objeto (que es el método de observación de muchos observadores) sólo sirve para dejarse el 70% de la información en el ocular. El dibujo es éste, y como siempre, no pretende ser un estudio astrométrico, sino símplemente evocar lo visto al ocular:
La siguiente parada fue M41, un cúmulo muy brillante en Can Mayor, justo debajo de Sirio.
Con el Plossl 25 mm a 38x, se muestra mucho más brilante que M37, pero mucho más pobre, menos concentrado, y menos evocador. M37 es una nubecilla de estrellas débiles apretadas (aunque dibujado a 75x… no lo parece…). M41 es un conjunto de estrellas bastante brillantes, mucho más laxo y con menos sensación de riqueza. Reconocí el campo a 75x, pero a este aumento está ya demasiado “disuelto”, y las distancias entre estrellas son tan grandes para el número de astros visibles, que parece un campo estelar rico más que un cúmulo de estrellas. Así que bájé al Plossl de 25 mm (28x), y procedí a dibujarlo. No es precisamente mi cúmulo abierto favorito, ni con este ni con ningún telescopio, así que no me paré demasiado. El dibujo es este:
Mi siguiente parada iba a ser M67. Por algún extraño motivo, mientras dibujaba M41, me vino a la cabeza un dibujo de M67 que hice por ahí por 1994 con mi Optics de 20 cms, y quería repetirlo con el Lidlscopio. Hace tanto tiempo que no me dirijo a este cúmulo que tuve que entrar a casa a echar un vistazo a Guide 7, y recordar su posición exacta. Y ocurrió que al buscar la zona, apareció representado el asteroide (7) Iris, que lucía brillantísimo en Cáncer, con magnitud 7.8. Hace tanto tiempo que no dibujo asteroides que me pareció más intersante observar este pequeño “piedrolo” que M67, así que cambié de plan.
Imprimí una carta con el programa, y salí a la terraza. Aunque me pareció más débil de lo indicado por Guide, el asteroide es visible en el buscador, así que bastó con centrarlo en éste para que apareciera perfectamente en el generosísimo campo de 2º que da el Plossl 25 mm en el lidlscopio. No es un campo estéticamente sugerente, pero una vez más, entra en juego el “karma” que todo astrónomo aficionado debe tener grabado a fuego en la mente si quiere disfrutar de verdad de la afición. Lo he escrito un trillón de veces, pero aún así, lo hago una vez más: No se trata de lo que se ve. Se trata de considerar lo que se ve en función del conocimiento de su realidad. Entonces ese puntito pasa a tener un toque de magia. No es igual que los que le rodean, por mucho que su aspecto sea idéntico. No estás viendo una estrella, estás viendo una roca de 200 kms de diámetro girando al rededor del Sol a 360 millones de kilómetros. Emocionante. El dibujo es este:
Con tres dibujos, me parecía suficiente para esta noche. Antes de volver a meterme en casa, eché un vistazo a otros objetos típicos. Lo pasé bien. Un 7 cms tiene más astronomía dentro de la que habitualmente estamos dispuestos a reconocerle. Por mi parte, seguiré haciendo uso de este instrumento hasta que crea que he agotado sus posibilidades. Creo que aún tiene cuerda para rato. De hecho, me encantaría tener otro 70/700 con suficiente calidad como para hacer dobles y algo de planetaria. Un 6-7 cms para dobles fáciles tiene un toque verdaderamente mágico.
Un saludo.
Ángel L Huelmo.
Todos los dibujos de Ángel com el 70 mm los podéis encontrar a más resolución en Astronomía Visual