Los logros parciales no se disfrutan como si de victorias se tratara. En muchos casos apenas provocan ansiedades y hasta generan dudas. Algo parecido ocurrió en 1985 con la canción ‘Immaculate fools’ del grupo homónimo inglés, sin duda uno de los más infravalorados de la historia reciente de la música.
La banda británica llegó sigilosamente, dio la campanada y se fue como vino, sin hacer ruido. Pero el año al que nos referimos provocó un terremoto en el panorama musical de los ambientes más restringidos del rock europeo. Algo menos en el americano. En España se reconoció más que en ningún otro sitio la calidad de ‘Immaculate fools’ y de sus autores. Ahora nadie sabe de ellos. Se diluyeron como si fueran víctimas de una maldición.
Sin embargo, nos dejaron su obra en forma de pocos, pero excelentes, temas. ‘Immaculate fools’ es mi favorito. Mi elección se sustenta en simples y egoístas criterios personales. Nada empírico. Llega hoy a este blog porque una emisora de radio la rescató del limbo de mi memoria musical mientras conducía.
Al escucharla –creo que varias décadas después de hacerlo por última vez– rememoré que se trataba de una obra atípica, adjetivo con el que también podría calificarse al propio grupo pop-rock de Kent. La mirada hacia atrás asimismo me sirvió para comprobar que ‘Immaculate fools’ ha resistido bien el paso de los años. Podría ser la novedad de cualquier formación alternativa actual. Su sonoridad sigue siendo contemporánea.
La voz grave, raspante y melancólica de Kevin Weatherill no parece que saliera de su garganta hace exactamente treinta años. Se asemeja a algo actual, de hoy mismo. Incluso, las notas recuperan en mi mente la imagen de la escuálida figura del cantante, siempre vestido de negro y dotado de sus personales gafas de sol. Las guitarras se escuchan aún cristalinas.
No obstante, también he de reconocer que ‘Immaculate fools’ no es un tema fácil ni contagioso. Siempre ha marcado distancias, siendo capaz de ser amado y odiado al mismo tiempo. La innegable influencia del folk británico se combinó con la línea aperturista de los ochenta, materializada en un pop derivado del post-punk. La correcta y académica producción de Colin Thurston cuidó con esmero su sonido, a la vez intimista, oscuro y desencantado. A veces, hasta deprimente. Era la seña de identidad, el estilo peculiar de Immaculate Fools. Cualquier dulzura la aderezaba con un toque amargo.
La letra de Weatherill caminaba por la misma espinosa vereda. Complejidad a la vuelta de cada curva para describir esas promesas contaminadas del desamor. Comprobadlo vosotros mismos en este magnífico vídeo, con estética cinematográfica y bañado por un barniz de tristeza insuperable.
http://youtu.be/r5MC64Qj1Jk
Hablamos de cambios
hablamos de muchas cosas
cuando hay tristeza…
Cambiamos de sueño
esas promesas sucias
se desvanecen y mueren
nos olvidamos tan fácilmente….
del amor latente
Estamos encantados
somos inmaculados
somos distinguidos
estamos encantados
somos inmaculados
somos distinguidos
Miré por la ventana
creí oírte venir
miré mi reflejo
para ver lo que había hecho
fe, esperanza y caridad
pasaron ante ti
Llámalas ahora que no pueden negarse
pilladas, una junto a la otra
Estamos encantados
somos inmaculados
somos distinguidos
estamos encantados
somos inmaculados
tontos inmaculados
tontos inmaculados
La hermosa melodía ha terminado
depende de nosotros de nuevo
todas las cosas que no necesito
siempre parecen seguirme
Todos los días son fiesta
nadar o hundirse
riendo cuando el barco se hunde
reviviremos
Estamos encantados
somos inmaculados
somos distinguidos
estamos encantados
somos inmaculados
tontos inmaculados
tontos inmaculados
VERSIONES
La interpretación ACÚSTICA de nuestro tema de hoy que realiza el grupo inglés es muy recomendable.
La banda británica tenía un gran DIRECTO, como lo demostró con su canción franquicia.
La dificultad que entrañaba la interpretación de ‘Immaculate fools’ ha dado lugar a que pocos se hayan atrevido a realizar algún cóver. La banda tributo RADIO KAOS nos hizo disfrutar al versionar este histórico himno en el Black Note Club de Valencia.
Los escasos pasos exitosos dados por IMMACULATE FOOLS en el mundo de la música partieron de Kent allá por 1984. Dos parejas de hermanos –Kevin (voz, guitarra, armónica, mandolina) y Paul Weatherill (bajo, voz), por un lado, y Andy (guitarra) y Peter Ross (batería), por otro– pusieron en marcha un proyecto musical tan arriesgado que pasó del cielo al infierno en tan sólo dos años.
Su mayor repercusión tuvo lugar entre 1985 y 1987 con el sencillo que hoy destacamos, ‘Save it’ y ‘Heart of fortuna’, otra canción más que destacable. Durante ese bienio realizaron muchas giras por Europa, con especial atención a España, donde llegaron a residir durante un tiempo y llegaron a grabar en un estudio de Vigo.
Cogieron la ola del éxito para cruzar el Atlántico y enrolarse en una aventura americana. Fracasaron a pesar de que fueron teloneros de artistas de la talla de Iggy Pop, Bob Dylan o los Rolling Stones.
Tras el disco homónimo de debut, el segundo, pese a estar dotado de gran calidad, no consiguió la repercusión inicial. ‘Dumb poet’ (1987), dedicado a Federico García Lorca, tuvo críticas muy positivas, pero sólo el tema ‘Tragic comedy’ fue apreciado por el público.
La crisis provocó cambios en la formación. Los hermanos Ross dejaron el grupo, incorporándose Barry Wickens, Paul Skidmore y Ian Devlin. Lo intentaron todo –metieron violines, gaitas y acordeones en un intento de hacer folk-pop que desbarató el sonido que portaba su seña de identidad– hasta que en 1997 arrojaron la toalla después de publicar media docena de LP’s.
En sus últimas formaciones también participaron Brian Betts (guitarra) y Nick Thomas (batería) hasta que desaparecieron de repente, sin dejar apenas rastro. Reaparecen de vez en cuando con giras que realizan por España, su Eldorado. De hecho, a principios de mes han actuado en Barcelona y Madrid.
Además de las composiciones señaladas con anterioridad también dejaron para la historia otras como ‘Nothing means nothing’, ‘Searching for sparks’, ‘Wish you were here’, ‘Girl’, ‘Sad’, ‘What about me’, ‘Counting you’, ‘Day by day’, ‘Never give less than everything’, ‘The prince’, ‘Stand down’, ‘Rain’ o ‘Ready for me’.