Víctor Jara es sinónimo de cultura popular y de lucha suicida contra la dictadura, pero sobre todo un artista inmenso que, por desgracia, apenas pudo exportar al mundo nada más que una canción de su buen repertorio. ‘Te recuerdo Amanda’ es internacional, porque el tiempo la ha convertido en una historia de lucha de clases.
Desbordó su objetivo inicial para convertirse en un tema que ilustra el combate de los chilenos contra el régimen de Augusto Pinochet, del que fue víctima el propio Víctor Jara. Sin embargo, la composición es anterior. Data de cuando Chile estaba gobernada por el Gobierno progresista de Eduardo Frei Montalva, época en la que surgieron fuertes movimientos sociales que anhelaban una mejora en las condiciones laborales y de vida.
La creación más famosa de Jara representa a la lucha de la clase obrera a través de la historia de amor de una muchacha llamada Amanda y de un obrero que respondía al nombre de Manuel. Él trabajaba duramente en una fábrica, donde ella la visitaba durante los cortos descansos, cinco minutos escasos hasta que la sirena indicara el regreso al trabajo. Un día su rutina cambió radicalmente, porque Manuel faltó a la cita, víctima de la injusticia del sistema explotador y la codicia de los patronos.
‘Te recuerdo Amanda’ denuncia la vida gris del proletariado a través de una pareja a la que el autor conocía personalmente, aunque sus nombres reales no eran los que nos presenta la canción. El de Amanda lo cogió de su madre y de su hija, y el de Manuel, de su padre. El amor, en este caso, adquiere otras dimensiones, convirtiéndose en drama social. El tema es, sin duda, el mejor ejemplo de que lirismo y lucha social pueden caminar juntos.
Hay quien sostiene que el cantautor chileno dedicó esta obra a su amada madre unos meses después de que muriera tras un infarto. Otra versión dice que la composición surgió durante un viaje a Londres invitado por el British Council por sus logros como director teatral. Durante su transcurso, su hija Amanda, de 3 años, se puso enferma y, ante la imposibilidad de comunicarse por carta con su esposa por una huelga de correos para conocer el estado de la niña, escribió su mayor clásico en la soledad de su hotel. Desde entonces, 1969, la letra y música que surgieron de su guitarra solitaria deambulan por el planeta esparciendo sentimientos. A pesar de que la dictadura la censuró.
No obstante, Joan, esposa del cantautor, señaló en una ocasión que «la gente se pregunta si la escribió por su madre o por su hija. Creo que no la dedicó específicamente a ninguna de las dos, si bien contiene la sonrisa de la madre y la promesa de juventud de su hija».
¿Una canción de amor o un manifiesto social? Da igual. Lo cierto es que la repercusión de ‘Te recuerdo Amanda’ fue tal en los setenta y en los ochenta que fueron muchas las niñas bautizadas con este nombre.
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él
Son cinco minutos,
la vida es eterna en cinco minutos
suena la sirena de vuelta al trabajo,
y tú caminando, lo iluminas todo
los cinco minutos te hacen florecer
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él
Que partió a la sierra
que nunca hizo daño, que partió a la sierra,
y en cinco minutos quedó destrozado
suena la sirena, de vuelta al trabajo
muchos no volvieron, tampoco Manuel
Te recuerdo Amanda,
la calle mojada,
corriendo a la fábrica
donde trabajaba Manuel
La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo,
no importaba nada, ibas a encontrarte con él,
con él, con él, con él, con él
VERSIONES
La veterana cantautora estadounidense JOAN BAEZ fue de las primeras en hacer uso de ‘Te recuerdo Amanda’.
http://youtu.be/2X0JH05MbH8
El trovador cubano SILVIO RODRÍGUEZ realizó una gran interpretación.
Nuestro JOAN MANUEL SERRAT y PRESUNTOS IMPLICADOS compartieron el tema de Víctor Jara.
La argentina MERCEDES SOSA dar a la canción su toque personal.
Más reciente es la revisión de ISMAEL SERRANO.
VÍCTOR JARA (1932-1973) fue más poeta que cantante, además de profesor, director de teatro, activista político y miembro del Partido Comunista. Bebió siempre de la crónica social para crear sus obras e hizo suyos los problemas de obreros y campesinos, participando en el proyecto político de justicia social del presidente Salvador Allende, abortado por el golpe que el general Augusto Pinochet encabezó el 11 de septiembre de 1973.
Una de las víctimas del baño de sangre que siguió a la asonada fue el propio cantautor, con quien se ensañaron particularmente. Fue asesinado con 44 disparos en un vestuario del estadio Chile, donde estaban hacinados unos cinco mil simpatizantes de Allende. Previamente le torturaron durante días y jugaron con él a la ruleta rusa. Tenía 41 años. Todavía le quedaban muchas cosas por contar.
El trovador incuestionable se erigió por derecho propio en el mayor exponente de la Nueva Canción Chilena con temas inspirados en la cultura popular. Hijo de una familia de campesinos, en él germinó la semilla musical sembrada por su madre, Amanda Martínez, cantora popular. La planta que nació la regó Omar Pulgar, un músico de los arrabales de Santiago. Él le enseñó a tocar la guitarra. Sus estudios musicales los completó en el coro de la iglesia de Blanca Encalada.
Luego se introdujo sin medida en el renacimiento cultural que vivió Chile en la década de los años sesenta, compartiendo territorio con Pablo Neruda o Violeta Parra, que regentaba un local conocido como la Peña de los Parra, dónde Víctor Jara ofreció numerosas actuaciones con canciones comprometidas políticamente, junto a otros músicos como Quilapayún.
Se significó demasiado contra el fascismo y, cuando le sorprendió el golpe de estado, fue objetivo inmediato de los militares. Dicen que un periodista le recomendó que cambiara la guitarra por el fusil, pero el cantante contestó: “No, compañero, yo no sé disparar. La guitarra siempre sirve, aunque sea para animar a los combatientes”. Fue detenido en la Universidad Técnica de Santiago, donde impartía clases. La siguiente noticia se refería a su muerte.
Víctor Jara encarnó un ejemplo de valentía, dignidad, solidaridad y compromiso con un mundo más justo. A través de su canto nos permitió conocer la cruel realidad del Chile de aquella época. Su espíritu y su lucha por la justicia social ha pervivido en su obra.