‘En algún lugar’ siempre ha conseguido transportarme a un sitio definitivamente más feliz, aunque estoy convencido de que cuando la escribió Duncan Dhu en 1987 el trío se referiría a un espacio cargado de tristeza. Destaca por su magnífica letra, con un mensaje filosófico que persigue extender una reflexión. Nunca he sabido discernir si es deprimente o alentadora, pero jamás he dejado de disfrutar con ella.
Ese «gran país» puede ser África o cualquier lugar del Tercer Mundo, donde quema el sol y donde al nacer ya hay que morir sin incluso dejar de ser un niño. El genio que muere «en la sombra sin saber de su magia» se refiere, quizás, a gente que nunca fue reconocida en su época y que sólo obtuvo la admiración de los demás después de que la muerte les alejara de este mundo. Y «el jinete que se marcha y grita que no va a volver» podría hacer referencia al paso del tiempo y a la imposibilidad de retornar.
«Olvidaron construir un hogar donde no queme el sol», recordaría a los millones de personas que viven sin hogar. «No hay camino que llegue hasta aquí y luego pretenda salir» nos advertiría de que es muy difícil salir de la pobreza. «Los hombres ya no saben si lo son» criticaría la prepotencia de quienes deciden qué ocurrirá con la vida de los demás. Y «las madres que ya no saben llorar, ven a sus hijos partir» hablaría de la emigración. O sea, no puedes sucumbir a la tristeza, porque el mero hecho de vivir ya es triste. Pero todo lo que digo carece de rigor científico, es sólo mi manera de verlo.
Este inolvidable tema de los ochenta, ejemplo innegable del estilo pop-rock acústico con toques del grupo donostiarra, fue uno de los singles más vendidos en España el año en que se editó e incluso en la actualidad, con dos décadas y media de vida, aún es la composición más recordada de la banda junto con ‘Cien gaviotas’.
En algún lugar de un gran país
Olvidaron construir
Un hogar donde no queme el sol
Y al nacer no haya que morir…
Y en las sombras
Mueren genios sin saber
De su magia
Concedida, sin pedirlo
Mucho tiempo antes de nacer.
No hay camino que
Llegue hasta aquí
Y luego pretenda salir.
Con el fuego del
atardecer arde la hierba
En algún lugar de un gran país
Olvidaron construir
Un hogar donde no queme el sol
Y al nacer no haya que morir…
Un silbido cruza el pueblo
Y se ve, un jinete
Que se marcha con el viento
Mientras grita
Que no va a volver
Y la tierra aquí
Es de otro color
El polvo lo debe saber
Los hombres ya no
Saben si lo son
Pero lo quieren creer
Las madres que ya
No saben llorar
Ven a sus hijos partir
La tristeza aquí
No tiene lugar
Cuando lo triste es vivir.
Duncan Dhu vieron la luz a comienzos de los ochenta con un estilo pop rockabilly que contrastaba con el rock radical que imperaba en ese momento en Euskadi. Con un nombre que arrebataron a un jefe de un clan escocés que aparecía en la novela ‘Secuestrado’ de Robert Louis Stevenson, Mikel Erentxun (voz y guitarra), Diego Vasallo (voz y bajo) y Juan Ramón Viles (guitarra y batería) dieron sus iniciales pasos en establecimientos hosteleros a lomos de su primer minilp «Por Tierras Escocesas». Corría el año 1985.
Un verano más tarde ya consiguieron el éxito con su primer disco grande, que incluía la canción ‘Cien gaviotas’, que les encumbró. En 1987 se convierten en el conjunto español con más ventas gracias a temas como el que hoy recogemos ‘En algún lugar’ y ‘Una calle de París’. Justo con la publicación del siguiente trabajo Viles decide abandonar el grupo y el trío se convierte en dúo.
Llegó la primera crisis, pero, tras un paréntesis en que ambos deciden dedicarse a proyectos personales, recuperan el pulso y protagonizan uno de sus conciertos que más público reúne en la historia del pop español (120.000 personas en la Exposición Universal de Sevilla de 1992).
Después de grabar en 2005 un disco homenaje por su vigésimo aniversario junto a otros grupos españoles, deciden poner fin a su carrera para continuar en solitario.