Nació en Buenaventura, Colombia, hace 48 años. Viuda desde los 24, a los 26 emigró a Estados Unidos hasta los 47 años. Arruinada por episodios depresivos recurrentes y en tratamiento psiquiátrico, regresó a Colombia y se instaló en Medellín, en casa de su hermana. Y siguió con evaluaciones psiquiátricas periódicas.
En 2008 y en Medellín, declaró al psiquiatra que la trataba que “el 20 de febrero por la noche ví que un humo me salía por la boca y al día siguiente me miré en el espejo y ví que mis ojos habían cambiado: no tenían vida… me dí cuenta de que ese humo era mi alma saliendo de mi cuerpo”. Desde entonces, la paciente declaró que era “una muerta en vida, un zombie para toda la eternidad… mi alma había sido arrebatada por algún poder sobrenatural.” Empezó a notar en sí misma un “olor a podrido” y ”cosquilleos en la piel”, síntoma de que su carne se estaba descomponiendo y de que los gusanos pronto iban a atravesar su piel. Dejó de comer y de ir al baño pues decía que los muertos no lo necesitan.
Este caso nos lo cuentan Eduardo Castrillón y Boris Gutiérrez, de la Universidad del Valle en Cali, Colombia. El diagnóstico es que la paciente sufre el síndrome de Cotard, nombre del autor francés que lo describió, también conocido como el síndrome de la negación o el síndrome del zombie, del que se cree muerto.
La enfermedad consiste en el delirio de negarlo todo y, en último término, lleva al paciente a negar su vida, a creerse muerto, a que huele a podrido y los gusanos se deslizan bajo su piel. Jules Cotard (1840-1889), neurólogo francés, describió el síndrome en 1880 y relató como su paciente, una mujer de 43 años a la que llamó Mademoiselle X, creía que no tenía cerebro, nervios, tórax, estómago o intestinos y sólo era piel y huesos en un cuerpo en descomposición. También afirmaba que no tenía alma, que era inmortal, viviría para siempre y solo el fuego podía terminar con su existencia. Sin embargo. Mademoiselle X murió poco después de inanición; como no tenía aparato digestivo y se consideraba muerta, dejó de alimentarse y murió de hambre.
Es una enfermedad más bien rara. En un meta-análisis de más de 200 trabajos publicados sobre el síndrome entre 1880 y 1995, los autores llegaron a la conclusión de que solo se habían descrito 100 casos bien documentados. Además, no se observan diferencias entre hombres y mujeres y en el 89% de los enfermos el síndrome se acompaña de depresión.
*Castrillón Muñoz, E. & B. Gutiérrez Alzate. 2009. Síndrome de Cotard: presentación de un caso. Revista Colombiana de Psiquiatría 38: 194-202.
*Debruyne, H. y 3 colaboradores. 2011. Cotard’s syndrome. Mind & Brain, The Journal of Psychiatry 2: 67-72.
*Ramírez-Bermúdez, J. y 5 colaboradores. 2010. Cotard syndrome in neurological and psychiatric patients. Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences 22: 409-416.