>

Blogs

Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Pigmeos

Los suecos son muy altos y los sicilianos pequeños y renegridos; los de Estados Unidos, más bien grandes y gordos, y los brasileños, muy ágiles. Sigamos: los extremeños, al ser de Extremadura, son enjutos y fibrosos; en cambio, los gallegos, de clima más suave, son más gorditos y de piel clara. Ya ven la cantidad de tópicos y lugares comunes que se pueden escribir en pocas líneas. Pero una cosa es cierta, aunque sea intuitivamente, asignamos categorías de peso y altura a humanos de otras poblaciones, y es obvio, siempre en comparación con nuestra población que es, después de todo, la que mejor conocemos. Pero, ¿algo de todo esto es cierto? Es la pregunta que se hacen Ann McKellar y Andrew Hendry, de la Universidad de la Reina en Kingston y de la Universidad McGill en Montreal, ambas en Canadá. Para responderla comparan la variación en peso y altura de nuestra especie con los mismos parámetros en 848 poblaciones de otras 210 especies animales y, a continuación, estudian los mismos datos en 99 poblaciones humanas. Las especies animales son de todo tipo y van desde invertebrados a mamíferos, y las poblaciones humanas son de todos los continentes, desde los Njalia de Australia a los Khunde del Nepal.

Los resultados de McKellar y Hendry demuestran que, dentro de la misma población humana, hay mucha variación en peso y muy poca en altura y, en cambio, la altura entre poblaciones distintas varía igual que en otras especies. En resumen, el peso es muy variable dentro y entre poblaciones mientras que la altura es uniforme dentro y muy variable entre poblaciones. Por tanto, la evolución tiende a uniformizar los individuos dentro de una misma población y a mantener la variedad genética entre las poblaciones.

Hay en los bosques de Ituri, en el centro de África, en la República Democrática del Congo, una de esas poblaciones humanas que son el ejemplo perfecto de la variación entre grupos que encuentran McKellar y Hendry: son los Efe, los pigmeos cuya altura media es un récord, solamente 1,43 metros. Como nos cuentan George Perry y Nathaniel Dominy, de la Universidad de Chicago y de la Universidad de California en Santa Cruz, no son los únicos pigmeos, hay más. Entre ellos están los Hiwi de Venezuela (1,56 m), los Yanomamo de Brasil (1,52 m), los Biaka y los Mbuti, que acompañan a los Efe en el Congo (1,53 m; 1,43 m; 1, 44m), los Hadza de Tanzania (1,60 m), los ¡Kung San de Namibia (1,61 m), los Onge de las Islas Anadaman (1,51 m) y algunos grupos más en Filipinas e Indonesia. Como ven hay varias poblaciones cuya altura media en la madurez se mantiene por debajo de la media de la especie humana y, sobre todo, se siente más el contraste porque estos grupos están rodeados de otros con una altura media superior.

Perry y Dominy se preguntan qué presión evolutiva ha llevado a la aparición de estos grupos de baja altura. Lo primero que destaca, si se coloca la ubicación de estos grupos sobre un mapamundi, es que todos están en el trópico y además en zonas de bosques húmedos tropicales. Este hábitat es muy poco hospitalario para nuestra especie. La mortalidad infantil llega al 20% y en niños de menos de cinco años puede alcanzar el 40%, y hay poblaciones en que la mortalidad puede llegar al 70%. La temperatura y la humedad hacen muy difícil la termorregulación, la comida es escasa a pesar de lo que pudiera parecer, y el entorno es perfecto para la presencia de parásitos y organismos patógenos como virus y bacterias. Por todo ello, Perry y Dominy proponen que los pigmeos son de baja altura porque su desarrollo se detiene hacia los 12 años para alcanzar rápidamente la madurez sexual y poder reproducirse, evitando así la extinción del grupo. Los pigmeos serían, por tanto, una consecuencia del hábitat que ocupan.

*McKellar, A.E. & A.P. Hendry. 2009. How humans differ from other animals in their levels of morphological variation. PLoS ONE 4: e6876.

*Perry, G.H. & N.J. Dominy. 2008. Evolution of the human pygmy phenotype. Trends in Ecology and Evolution 24: 218-225.

Temas

Por Eduardo Angulo

Sobre el autor

Buscar


junio 2010
MTWTFSS
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930