De siempre se ha dicho que religión y conductas y sentimientos como cooperación, generosidad y solidaridad van unidos. La religión promueve un sentido de identidad compartida y, por tanto, de ayuda mutua. También implica un compromiso para obtener una buena reputación a los ojos de Dios y ante la comunidad religiosa. Además, la religión, en general, establece reglas basadas en valores sociales. Aquí, como hacen Laura Saslow y sus colegas de la Universidad de California en San Francisco, uno se pregunta qué factores llevan a la conducta prosocial a quien no es religioso o, dicho de otra manera, cómo influye el ser más o menos religioso en la compasión y ayuda a los demás. Para aclarar la situación, Laura Saslow nos presenta los resultados de tres experimentos.
En el primero analiza la relación entre conjugación, conducta prosocial y religiosidad, partiendo de la hipótesis de que, en las personas menos religiosas, la compasión se debe relacionar con una mayor generosidad y de que, en los más religiosos, la relación es menor al no ser necesaria pues ya lo exige la propia religión. Trabajan con 624 hombres y 713 mujeres, de 18 a 89 años y con una edad media de casi 46 años. En general, los voluntarios que declaran más compasión, ayudan más a los demás. Los menos religiosos y menos compasivos ayudan menos que los más religiosos y menos compasivos; en cambio, los menos religiosos y más compasivos ayudan más que los más religiosos y más compasivos. Aclarando este trabalenguas: ayudan, de menos a más, los menos religiosos y menos compasivos, los más religiosos y menos compasivos, los más religiosos y más compasivos y los menos religiosos y más compasivos. Creo que he creado otro trabalenguas. Por tanto, hay una fuerte relación entre compasión y ayuda entre los menos religiosos.
El segundo estudio de Laura Saslow trata de manipular la compasión y establecer si crece más en quien es menos religioso que en el que es más religioso. Lo hacen con 101 voluntarios, de ellos 60 son mujeres, con edades de 18 a 68 años y edad media de 32.5 años. La mitad ven un video sobre la pobreza y los niños, para despertar la compasión, y la otra mitad ve un video neutro con dos hombres charlando. Para medir la ayuda a los demás se utilizan dos métodos: en uno de ellos, cada voluntario recibe 10 dólares, conoce a un extraño que necesita dinero, se le pide que le dé parte de los 10 dólares, y la cantidad que le entregue mide su compasión y ayuda a los demás; en el segundo método se pide a los voluntarios cuál es el salario anual y como lo distribuiría en varios apartados que le dan a elegir, y entre ellos está “Donaciones caritativas” y la cantidad que ponga en ese apartado mide su ayuda a los demás. Los más religiosos dan casi lo mismo, unos 4 dólares, vean la película que vean; en cambio, los menos religiosos, con el video neutro ni se inmutan y dan algo así como 0.5 dólares mientras que, con el video de los niños pobres, se disparan y dan una media de casi 5 dólares. De nuevo, la compasión provoca la ayuda a los demás con más fuerza en los no religiosos que en los religiosos.
Y, finalmente, en el tercer estudio Laura Saslow plantea la hipótesis de que una gran compasión debe significar una gran generosidad en los menos religiosos mientras que para los más religiosos ni implica ningún cambio. Los voluntarios, en primer lugar, responden a una encuesta en que puntúan sus sentimientos habituales sobre la compasión entre 1 y 7. Para conocer su disposición a las conductas generosas, hacen tres juegos de ordenador que revelan generosidad, confianza y motivación para premiar la ayuda a los demás de otros. El resultado confirma los estudios anteriores: para los más religiosos, la ayuda a los demás se mantiene con poca y con mucha compasión, es más, incluso es algo menor con mucha compasión; en cambio, para los menos religiosos, si son poco compasivos, ayudan poco, y, si son muy compasivos, son los que más ayudan.
Como ven, no es que los religiosos no sean compasivos, lo son y se mantienen a un buen nivel, pero los menos religiosos, sin compasión no ayudan y con ella, ayudan mucho. Es decir, los no religiosos, con compasión son muy generosos, más que los religiosos.
*Saslow, L.R. y 6 colaboradores. 2012. My brother’s keeper? Compassion predicts generosity more along less religious individuals. Social Psychological and Personality Science DOI:10.1177/1948550612444137