Cualquiera que tenga un mínimo de sensibilidad aceptará que, entre miembros de nuestra especie, las emociones son muy contagiosas. Si alguien sonríe, los que le rodean, casi todos ellos, acabarán sonriendo. La emoción se contagia, y al hacerlo, provoca que cerebros y cuerpos procesen el instante de una manera similar. También la ira se contagia, […]