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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Agua

Al día, hay que beber de 8 a 10 vasos de agua para limpiar nuestro cuerpo de toxinas. Es el famoso 8×8 de los americanos, o sea, 8 vasos de 8 onzas (cada onza son aproximadamente 29 mililitros) de agua al día. Está claro que para sobrevivir hay que beber agua y los expertos apuntan que así eliminaremos con más facilidad las toxinas, mantendremos los órganos saludables, nos ayudará a perder peso y mejorará el tono de la piel. Para confirmar todos estos beneficios del 8×8, Dan Negoianu y Stanley Goldfarb, de la Universidad de Pennsylvania en Philadelphia, revisaron la bibliografía existente. En principio, quien vive en climas secos y calurosos, hace mucho ejercicio físico o tiene cálculos renales, debe beber más agua, pero no hay datos fiables del agua que necesita un ciudadano medio para mantenerse sano. Es más, ningún estudio recomienda beber los famosos 8×8 que, además, los autores ni siquiera saben de dónde ha salido la tal recomendación.


Vamos por partes. En primer lugar, según se dice, el consumo de agua ayuda a eliminar sustancias en el riñón. Es cierto: se elimina más urea o sodio, pero este aumento no tiene ninguna relevancia desde el punto de vista clínico. También se dice que mejora el funcionamiento de otros órganos pues cuanto más rápido se ingiere agua, más rápido se elimina. Es cierto también, pero nadie ha demostrado que esto suponga ningún beneficio para los órganos. En cuanto a que si uno bebe agua pierde el apetito, se dice que el estómago se llena de líquido, dando una sensación de saciedad. Pero, aunque no hay estudios concluyentes sobre la relación entre la ingestión de agua y el peso, volveremos sobre ello más adelante. Otros han relacionado el dolor de cabeza con la falta de agua; en el único estudio serio sobre este tema, los que bebían más agua tenían menos dolores de cabeza, pero la relación no era significativa o, lo que es lo mismo, quizá se debía al azar. En cuanto al tono de la piel, es cierto que la falta de agua disminuye la turgencia de la piel, pero ningún estudio ha demostrado que la toma de agua provoque algún beneficio clínico.

También Lawrence Armstrong, de la Universidad de Connecticut en Storrs, afirma que, aunque no lo conocemos, debe existir un requerimiento diario de agua para mantener el organismo en funcionamiento y los órganos en buen estado. Además, este requerimiento será variable según para cada individuo y sus circunstancias (peso, altura, ejercicio físico, salud,…). Un detalle a tener en cuenta es que la ingestión de agua, de alguna manera, quizá por termogénesis, acelera el metabolismo. Así, en un ensayo con 14 hombres y mujeres obesos, el consumo de medio litro de agua provocó un aumento del gasto metabólico del 30% en los siguientes 10 a 40 minutos después de la toma. Si se toma la décima parte de agua (50 mililitros) no hay tan aumento del metabolismo.

Y, volviendo al asunto del peso, Rebecca Muckelbauer y su grupo del Instituto de Investigación sobre Nutrición Infantil de Dortmund, en Alemania, nos enseñan cómo el aumento del consumo de agua disminuye el riesgo de sobrepeso en niños. Los investigadores colocan fuentes de agua en 17 colegios, dan a cada niño una botella de plástico que puede rellenar y llevar consigo y, además, los profesores dan una serie de charlas a los alumnos sobre los beneficios de beber agua. Otros 15 colegios de la misma ciudad funcionan como control. En total, son 2950 niños, de una edad media de 8.3 años, los que intervienen en el estudio que dura todo el curso 2006-2007.

El riesgo de sobrepeso disminuye en un 31% en los colegios en que se consume agua. Aumenta su consumo, hasta un vaso más al día respecto a los colegios control, pero, y quizá es lo más importante, disminuye el consumo de refrescos en un vaso menos cada cinco días, con lo que supone de disminución de toma de calorías. Puede que aquí esté, además del consumo de más agua, la razón de la caída del riesgo de sobrepeso.


*Armstrong, L.E. 2010. Rationale for renewed emphasis on dietary water intake. Nutrition Today 45: S4-S6.

*Muckelbauer, R. y 5 colaboradores. 2009. Promotion and provision of drinking water in schools for overweight prevention: Randomized, controlled cluster trial. Pediatrics 123: e661-e667.

*Negoianu, D. & S. Goldfarb. 2008. Just add water. Journal of the American Society of Nephrology 19: 1041-1043.

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