Hace unos días,
Otro de los posibles peligros del mercurio se refiere a su influencia en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. David Mozaffarian y su grupo, de
Para relacionar la incidencia de estas enfermedades con la concentración de mercurio en el organismo utilizan los recortes de uñas que periódicamente envían los voluntarios al equipo que centraliza el estudio. Las uñas, como el pelo, son un material muy adecuado para estudios de este tipo: acumulan muchas sustancias (metales, hormonas,…), crecen continuamente y siempre se pueden tomar muestras, y son fáciles de catalogar y almacenar para estudios futuros.
La concentración media de mercurio en las uñas de los voluntarios que pasaron una enfermedad cardiovascular era de 0.23 microgramos por gramo (un microgramo en la millonésima parte de un gramo), desde un mínimo de 0.07 hasta un máximo de 0.97 microgramos por gramo. En el resto voluntarios, la concentración media era de 0.25 microgramos por gramo. Como ven, prácticamente no hay diferencia entre ambos grupos. Incluso cuando se compara la incidencia de las enfermedades cardiovasculares con aquellos que tienen las concentraciones de mercurio más altas, cerca de 1 microgramo por gramo, no se encuentra ninguna relación.
En conclusión, los autores no pueden demostrar que la exposición a mercurio tenga efectos adversos en relación con la incidencia de enfermedades cardiovasculares.
*Mozaffarian, D. y 7 colaboradores. 2011. Mercury exposure and risk of cardiovascular disease in two