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Eduardo Angulo Pinedo

La biología estupenda

Vuvuzela

La vuvuzela es un símbolo de Sudáfrica, según la FIFA. En sus orígenes se fabricaba con los retorcidos cuernos del kudu (Tragelaphus strepsiceros), un antílope de gran tamaño, hasta metro y medio de altura y más de 300 kilos de peso, con una notable y retorcida cuerna. Sus cuernos se convertían en una estruendosa trompeta que se utilizaba para llamar a la caza. Cuando el fútbol se popularizó en Sudáfrica, las vuvuzelas, juntos a tambores, bailes y cantos, se convirtieron en orgullosas señas de identidad de las diferentes hinchadas; por extensión, constituyen el símbolo de la lucha y de la manera de vivir de la mayoría negra. Ahora son de plástico y, seguramente, fabricadas en China pero, cuando el mundo las descubrió, a través de la televisión, durante la última Copa de Confederaciones de 2009, ensordeció, y, ahora, con el Mundial volverá a ensordecer. Y no es un decir, realmente puede ensordecer.

El sonido se produce al soplar en el interior poniendo en la boquilla los labios fruncidos, que se mueven hasta unas 230 veces por segundo, vibrando y resonando en el cono de la trompeta. El otorrino sudafricano De Wet Swanepoel y su grupo, de la Universidad de Pretoria, han medido la intensidad del sonido de una vuvuzela comercial, a campo abierto, en el oído del que sopla, en la salida de la trompeta, a un metro y a dos metros. El ruido máximo alcanzado es entre 113 y 131 decibelios en un radio de dos metros (un avión, en el despegue, alcanza los 130 decibelios). Según la legislación sudafricana de riesgos laborales, este ruido no se debe oír más de un minuto pues hay riesgo de pérdida de audición. Según los autores, y como en el estadio no toca una vuvuzela sino muchas y durante todo el partido, es real la posibilidad de pérdida de audición, siempre teniendo en cuenta la variabilidad individual en cuanto a ser susceptibles a estos ruidos.
Después de estas medidas, los autores realizaron un estudio de pérdida de audición en octubre de 2009 en uno de los estadios en que se jugaría el Mundial de 2010 y, para ello, midieron la capacidad auditiva en 11 espectadores antes y después de un partido de la liga sudafricana. El ruido ambiente es similar al medido en el experimento anterior pero, sin entrar en detalles de herzios y decibelios, al acabar el partido hay una significativa reducción, seguramente temporal, en la capacidad de audición en los once espectadores (más exactamente en 21 oídos, pues uno de los espectadores tenía un tímpano roto).
*Swanepoel, D.W. & J.W. Hall III. 2010. Football match spectator sound exposure and effect on hearing: A pretest-post-test study. South African Medical Journal 100: 239-242.
*Swanepoel, D.W., J.W. Hall III & D. Koekemoer. 2010. Vuvuzela sound measurements. South African Medical Journal 100: 192.
*Swanepoel, D.W., J.W. Hall III & D. Koekemoer. 2010. Vuvuzela – good for your team, bad for your ears. South African Medical Journal 100: 99-100.
*Swanepoel, D.W., J.W. Hall III & D. Koekemoer. 2010. Vuvuzela sound measurements. South African Medical Journal 100: 192.

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Por Eduardo Angulo

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