Sigamos con los trabajos de Mark Holder sobre la felicidad de los niños y sus causas. En un segundo artículo, publicado este año y también con Ben Coleman, van a estudiar cómo influyen las relaciones sociales en la felicidad de los niños. Utilizan el mismo método que en su trabajo anterior, aunque ahora relacionarán los resultados con las conexiones sociales de los niños. Se fijan en aspectos positivos, como la familia y los amigos, y negativos, como no llevarse bien con los de su misma edad o comportarse mal con sus compañeros o con adultos.
Por cierto, el 90% de los hijos se consideran felices y el 90% de los padres creen que sus hijos son felices. La felicidad de los chavales se vincula con las buenas relaciones dentro de su familia como, por ejemplo, sentirse un miembro importante del grupo, y con sus amigos. En las respuestas de los padres a los cuestionarios, se constata que, a menudo, llevan amigos a casa para estudiar y jugar y viceversa en cuanto a las visitas a casa de sus amigos.
Por el contrario, también los aspectos negativos influyen en su felicidad. Por ejemplo, hay niños que sienten que sus compañeros les dejan de lado en juegos o en otras actividades, o, en otros casos, se comportan mal con otras personas y, por ello, disgustan a su familia. Estos niños, que tienen relaciones negativas con el entorno, se sienten hasta en un 67% diferentes a los demás. El número de hermanos, la edad de los padres o su estado civil influye muy poco en la felicidad de los niños.
(Continuará: todavía me queda otro artículo)
*Holder, M.D. & B. Coleman. 2009. The contribution of social relationships to children’s happiness. Journal of Happiness Studies 10: 329-349.