Bien, vayamos a los resultados. En el gato, el salto medio es de unos 20 centímetros, con un mínimo de 2 y un máximo de 48 centímetros. La pulga del perro, en cambio, salta mucho más, con una media de 30 centímetro, con un mínimo de 3 y un máximo de 50 centímetros.
Los autores también han medido el salto de la altura para las dos especies de pulgas. Para ello, han metido 10 pulgas en tubos cilíndricos de plástico, con un diámetro de 9 centímetros y una altura que varía desde 1 hasta 30 centímetros, subiendo de uno en uno. Más o menos el 50% de las pulgas acababan saliendo de los tubos; el salto de altura medio en la pulga del perro es de 15,5 centímetros y en la pulga del gato de 13,2, con máximos de 25 centímetros para el perro y 17 para el gato.
Los autores no plantean ninguna explicación ni hipótesis sobre esta diferencia en el salto de las pulgas, con una ventaja evidente para las pulgas de perro.
*Cadiergues, M.-C., C. Joubert & M. Franc. 2000. A comparison of jump performances of the dog flea, Ctenocephalides canis (Curtis, 1826) and the cat flea, Ctenocephalides felis felis (Bouché, 1835). Veterinary Parasitology 92: 239-241.