En los miembros de la especie humana hay variaciones estacionales demostradas en los niveles de hormonas y en la conducta. Pawlowski y Sorokowski, de la Universidad de Wroclaw, en Polonia, han planteado un experimento partiendo de la hipótesis de que también varía estacionalmente la atracción que las mujeres ejercen sobre los hombres. Para ello, estudiaron la respuesta de 114 hombres heterosexuales ante imágenes de mujeres durante cinco estaciones, desde el invierno de 2004 hasta el invierno de 2005. Las fotografías representaban mujeres con tres cocientes cintura/cadera diferentes, imágenes de los pechos y rostros de mujeres jóvenes. En los resultados se observan variaciones estacionales en la atracción del cuerpo completo de la mujer y de los pechos, pero no de la cara. Y siempre la atracción es más alta en otoño e invierno y más baja en verano. Los mismos resultados se obtienen si los hombres puntuan a su pareja. Curiosamente, cuando los hombres puntuan su propia atracción sobre las mujeres, los resultados no varían en todo el año.
Según los autores, la hipótesis más aceptable para explicar estos resultados tiene que ver con la atracción de lo más escaso: en verano, el cuerpo de la mujer está más expuesto y en invierno casi desaparece por el clima más frío; en ese momento, al ser más escaso es más atractivo para los hombres. Incluso añaden que estos cambios estacionales pueden explicar la época preferida para elegir pareja o los cambios en el número de adulterios.
*Pawlowski, B. & P. Sorokowski. 2008. Men’s attraction to women’s bodies changes seasonally. Perception 37: 1079-1085.