Hace unos días, os contaba como Ritesh Menezes y su grupo, de la Facultad de Medicina de Kasturba, en Mangalore, en la India, aseguraban que hacer el amor engordaba. Pero hay autores que no están de acuerdo: Stuart Brody y Tillmann Kruger, de la Universidad del Oeste de Escocia, en Paisley y de la Facultad de Medicina de Hannover, en Alemania, respectivamente, no están de acuerdo con Menezes. Según Brody y Kruger, la subida de prolactina después del orgasmo no dura más allá de una hora y, en consecuencia, si se quiere adelgazar aprovechando ese pico de prolactina, se debe orgasmear con determinación y durante bastante tiempo. No hay muchos que puedan conseguirlo.
Además, la prolactina liberada después del coito, hasta 400% de aumento respecto de la masturbación, está relacionado con mejores índices físicos y mentales, y una mayor frecuencia en el coito, con un menor riesgo cardiovascular. La frecuencia de coitos se relaciona con un menor peso, tanto en hombres como en mujeres, independientemente del estado civil o de la situación interpersonal de la pareja. Curiosamente, los índices de delgadez cambian inversamente con la frecuencia de masturbación: con pareja se consigue una buena figura; sin pareja, todos más gordos.
También hace unos días os comentaba la propuesta de Sina Zarrintan, de la Universidad Médica de Tabriz, en Irán, sobre la cura de la congestión nasal en hombres por medio de la eyaculación. Pero, unos días después y en la misma revista, Mohammad Amin Abolghassemi Fakhree, compañero de universidad de Sina Zarrintan, publicó una nota que rebate su hipótesis. Según Fakhree, y en primer lugar, la eyaculación provoca cambios en la presión sanguínea y en la frecuencia cardíaca que pueden ser peligrosos para la descongestión nasal. Además, la eyaculación provoca un aumento de andrógenos que puede causar cáncer de próstata. Y, como en la polémica sobre la prolactina, para conseguir que la eyaculación tenga los mismos efectos que los fármacos contra la congestión nasal, hay que estar eyaculando sin pausa y, como dice el autor, hay algunos hombres (¡qué optimista!) que tienen limitaciones en el número de eyaculaciones por día y en el tiempo necesario entre una eyaculación y la siguiente. Por otra parte, al revés de lo que ocurre con los fármacos, la eyaculación y la masturbación no son aplicables fuera del hogar o sin una compañera. Incluso en algunos informes se ha descrito que la masturbación es un asunto peligroso (por ejemplo, en los numerosos casos publicados en las revistas médicas sobre la masturbación con una aspiradora). En fin, que como en el caso anterior, no todo lo placentero es ni saludable ni curativo.

*Brody, S. 2004. Slimness is associated with greater intercourse and lesser masturbation frequency. Journal of Sex & Marital Therapy 30: 251-261.
*Brody, S. & T.C. Kruger. 2008. Penile-vaginal intercourse decreases weight gain. Medical Hypotheses 71: 812-813.
*Fakhree, M.A.A. 2008. Ejaculation as a treatment for nasal congestion in men is inconvenient, unreliable and potentially hazardous. Medical Hypotheses 71: 809.