Volemos con las aves y conozcamos los récords de su mundo. Son, hasta ahora, unas 8600 especies y, por ejemplo, y para empezar, la más grande no extinguida es el avestruz (Struthio camelus), cuyos machos pueden alcanzar los 2, 74 metros de altura de máximo, con una media de 2 metros, y un peso de hasta 150 kilogramos. Y la más pequeña es el Picaflor Abeja (Mellissuga helenae), de Cuba; el macho mide 57 milímetros y pesa 1,6 gramos. En cuanto a la envergadura, es decir, a la medida de extremo a extremo de las alas durante el vuelo, la marca absoluta la ostenta el Albatros Errante (Diomedea exulans), ave oceánica del hemisferio sur, con una media de 3 metros y el máximo en 3,63 metros.
El Pelícano de Australia (Pelecanus conspicillatus) tiene el pico más largo, entre 34 y 47 centímetros. Las plumas más largas se encuentran en una variedad del Gallo Doméstico (Gallus gallus) criada en el Japón, con una cola que puede sobrepasar los 10 metros. La mayor cantidad de plumas es un récord del Cisne de la Tundra (Cygnus columbianus), con 25216, según algunos autores que las han contado minuciosamente. Pero el que tiene menos plumas es otro Picaflor, de nombre científico Archilochus colubris, con el escaso número de 940.
El ave más rápida es el Rabitojo Mongol (Hirundapus caudacutus), que puede alcanzar los 335 kilómetros por hora. El aleteo más intenso es el de otro Picaflor, el Heliactin cornuta, con 90 batidas por segundo. También son los Picaflores los que, en relación con el peso del cuerpo, más alimento diario necesitan: unas 200 veces su peso corporal en comida. En cambio es el Petirrojo (Erithacus rubecula) el que tiene la temperatura corporal más alta llegando hasta los 44ºC.
La migración más larga la hace la Golondrina de Mar Ártica (Sterna paradisaea), que viaja del Ártico a la Antártida y vuelta, lo que supone más de 22000 kilómetros en cada viaje. Y el ave que más altitud alcanza es el Buitre de Ruppell (Gyps rueppellii), que chocó con un avión a 11277 metros de altura.
El huevo más grande es del Avestruz, lo que supone su segundo récord; mide de 15 a 20 centímetros y pesa entre 1 y 1,78 kilogramos. El más pequeño es, una vez más, el de otro Picaflor, el Mellissuga minima, de Jamaica, que mide uno 10 milímetros y pesa 0,356 gramos. Es evidente que los Picaflores pertenecen al reino de los mínimo.
El nido más grande es de las Águilas Calvas (Haliaeetus leucocephalus), con casi 3 metros de ancho y unos 6 metros de altura. El Ave de Mallee (Leipoa ocellata), de Australia, tiene por nido un montículo de tierra que puede medir hasta 4,5 metros de altura y más de 10 metros de diámetro. Para construirlo, el ave mueve 250 metros cúbicos de vegetación y 300 toneladas de tierra. En cambio, el Cerorhinca monocerata, de las islas del norte del Pacífico, excava galerías de hasta 8 metros de longitud.
El Pingüino Emperador (Aptenodytes forsteri) bucea a más de 400 metros de profundidad y puede permanecer bajo el agua hasta 18 minutos. Otro pingüino, el de Papua (Pygoscelis papua), es el ave que más rápido nada, unos 36 kilómetros por hora. Y el que más corre es otra vez el Avestruz, que alcanza los 72 kilómetros por hora.
Aunque no es habitual, también hay aves venenosas. Son tres especies que viven en Papua Nueva Guinea, se llaman pitohui, y la especie es Ifrita kowaldi. Su piel y sus plumas están impregnadas en una homobatracotoxina muy parecida a la que se encuentra en las ranas venenosas.
Y, para acabar con las aves, la más longeva se encuentra entre las cacatuas que, en cautividad, han llegado a vivir más de 100 años, y los cuervos y buitres leonados que, en algún caso, han llegado a los 118 años.

*Flindt, R. 2006. Amazing numbers in Biology. Springer. Berlin. 295 pp.
*http://piojo69.tripod.com/records.htm