Seguimos con las batallas tecnologicas, por eso tengo muy dejado el blog, aunque he sacado tiempo para hacer un nuevo dibujito.

Al final, compre un orde nuevo para la nena, y me quede yo con el suyo, y sus bichos, sus bichos estan asesinados, en su lugar hay un flamante Windows Siete, que a primer golpe de vista funciona de maravilla, mientras tanto en otro de los discos que tenia la nena hemos revivido un arkaico Millenium, aunque aun faltan afinar otras cosillas.

Despues de soltaros la historia de mis aventuras informaticas….. paso a desarrollar el tema del cuadro y del titulo del post.

A veces, pocas, (soy vago), dejo volar la mente y pensaba que realmente me gusta hacer cosas, me gusta mi trabajo…. entonces ¿por que me da tanta pereza ir a trabajar por las mañanas?

Despues de dar unas cuantas vueltas a la pelota, tambien recorde, que la otra tarde, un compañero tenia de ir a realizar un rescate, a Comarruga (una poblacion cercana al Vendrell en Tarragona) ya que un señor se quedo encerrado, aunque cuando llegamos ya lo habian sacado y solo habia que reparar el ascensor (y habia mucha faena….) y en cambio, lo hice sin ningun esfuerzo, y eso, despues, de hacer sudar a mis ociosas neuronas. Creo, que es, por hacerlo “cuando” me apetecia, sin tener obligacion, rigidez horaria….

Despues de todas estas ideotas, llegue a la conclusion poquisimo filosofica, de que el principal poblema del que trabaja (para el que tiene el lujo de tenerlo) quizas sea la falta de libertad, quizas fuera mejor cobrar por trabajo realizado, con libertad horaria, por supuesto, en todos esos sitios donde se puede realizar, algunas grandes empresas hace tiempo que experimentan la libertad horaria, incluso que muchos trabajadores, trabajen desde sus casas y solo en ocasiones pasen por la oficina…..

Despues de calentaros el tarro con mi post, tened un estupedisimo domingo.