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Ira

En esta ocasión intentaremos aprender a dominar la ira, así como el cólera y el enfado.

La ira es un sentimiento que todos manifestamos en algún momento de nuestra viva, consiste en una manifestación humana habitual y forma parte de todos nosotros.

Este sentimiento consiste en una pasión  cegadora del ánimo que libera nuestra rabia, nuestro deseo de venganza, cólera o incluso crueldad.

Este sentimiento, la ira, posee muchos grados que pasan por el enojo o la irritabilidad, pasando por la violencia, el odio o el afán de venganza, llegando a robar el juicio de algunas personas.

La rabia puede llegar a ser compulsiva y  puede llevarnos a maltratar, matar o destruir a otra persona, incluso podemos llegar a romper o golpear cosas.

La ira consigue que desgastemos las relaciones familiares, del trabajo, de las personas que nos rodean y consigue que nos sintamos mal nosotros mismos.

La ira consiste en una reacción para mantener el cuerpo estimulado y preparado para la acción antes situaciones de estrés.

En muchas personas, la cólera que desencadena la ira, les hace reaccionar así cuando alguien les contraria, cuando no se les da la razón o simplemente alguien  no se comporta como ellos esperaban.

La ira hoy día la llega a generar desde las prisas por los horarios, pasando por los fallos tecnológicos y especialmente por relaciones turbulentas con  otras personas.

La ira consiste en una emoción muy poderosa que llega convulsionar nuestro organismo, como una gran ola que nos aturde el entendimiento y saca toda nuestra rabia y nuestro odio.

Cuando despertamos nuestra ira, esta afecta fisiológicamente a nuestro organismo haciendo latir el corazón más rápido, aumentando la presión sanguínea, la temperatura corporal también aumenta así como la sudoración, también suele aumentar el ritmo respiratorio.

La ira puede llegar a afectar nuestra salud, si esta es habitual en nosotros.

Puede afectarnos a nuestro estómago, así como a nuestro intestino, afecta también al sistema inmune haciéndonos más vulnerables a las enfermedades o a recuperarnos de algún problema  de salud, llega a conseguir aumentar el riesgo de derrames cerebrales, así como poder llegar a padecer enfermedades de corazón, potencia las posibilidades de padecer depresión, adicción, compulsividad o tener comportamientos intimidatorios.

La actitud opuesta a la ira sería la mansedumbre, la calma y el autodominio.

Para combatir la ira es aconsejable una alimentación adecuada, dormir suficiente y auto premiarnos por nuestros comportamientos o acciones positivos.

No es recomendable tomar alcohol en exceso, ni el consumo de drogas ya que con ello tendremos aún un menor control de la ira si esta nos aparece.

La ‘practica de ejercicio físico, la lectura de un libro o un  simple baño puede ayudarnos a controlar la ira.

Para vencer a la ira cuando esta se nos presente, nada mejor que contar hasta diez antes de reaccionar, para tener tiempo de comprender la situación y tranquilizarnos.

Si nos sentimos tan furiosos que vemos que no somos capaces de controlar nuestro sentimiento de ira, es mejor marcharnos y esperar que se nos pase la tormenta.

Si la ira nos la genera un sentimiento del pasado, nada mejor que solucionar ese problema para evitar la ira.

Es interesante, al sentirse iracundo hablar tranquilo a los que nos rodean, así conseguiremos calmarnos y los que n os rodean respetaran y escucharan nuestras palabras.

 

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