Hoy me he fijado en un electrodoméstico que esta en muchas de nuestras cocinas, se trata de la freidora.
Básicamente es un recipiente que llenamos hasta la mitad de aceite, el cual calienta a través de una resistencia eléctrica (algo parecido a lo de las estufas o tostadoras), la cual controlamos, a través de un termostato que con el “botón” regulamos la temperatura que deseamos del aceite.
Por una parte, es un aparato muy cómodo, ya que solo enchufándolo, ponenos en su interior lo que queramos freír y nos lo fríe rápido y sin ensuciar nada….hasta ahí una maravilla.
El problema reside en que de cuando en cuando, depende de su uso, hay que cambiarle el aceite y limpiarla…. Da una pereza….
Pero a pesar de ese inconveniente, lo considero un elemento muy útil en nuestra cocina.