Lo aprendí de Reyes Mate, no sé dónde, y decía aproximadamente así:
De éstas y otras observaciones se deduce que la memoria es peligrosa. De alguna manera cuestiona la legitimidad de nuestro presente construido sobre el olvido de tantas injusticias, aunque vivamos en una democracia.
Peligrosa, también, porque pone a prueba nuestras convicciones morales. No podemos entregarnos a las víctimas de ETA y pedir que se pase página con las de la represión franquista.
Haciendo eso demostramos que no hemos entendido lo principal, a saber, que al recordar a las víctimas lo que nos mueve no es la promoción de nuestra causa, sino la injusticia que se les hizo a ellas.
Y ello en vistas a un futuro que destierre la violencia de la política.