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El debate de intereses “sociales” en la Iglesia

 

 

texto de la HOAC y de la JOC (El texto de la discordia)

Ésta es la nota íntegra del arzobispado de Madrid

NOTA DE VICARÍA GENERAL
A LOS VICAROS EPISCOPALES

La Delegación Episcopal Diocesanade Pastoral del Trabajo ha enviado a todas las parroquias un comunicado elaborado por la HOAC y la JOC de ámbito nacional, antela nueva Reforma Laboral.

Nuestra Diócesis no se identifica con el contenido de dicho Documento, ni se hace responsable del mismo, considerando improcedente su difusión.
Por indicación del Sr. Cardenal se envía esta nota para que cada Vicario Episcopal la haga llegar a los ámbitos de su responsabilidad. En las Vicarías territoriales debe enviarse a los Arciprestes a la mayor brevedad posible, a fin de que éstos lo envíen a las parroquias y lugares de culto de su respectivo arciprestazgo.

 

Madrid, 24 febrero, 2012

 

Un comentario, y a mi juicio:

 

¡Pero qué afán tiene la Jerarquía (cierta) de la Iglesia por unificar toda concreción moral de la Iglesia en lo social! ¡Como si habláramos de dogmas de fe o de normas morales absolutas al concretar la DSI! Si no están de acuerdo con HOAC y JOC en esta valoración del momento social, digan que no lo están, pero digan en qué aspectos les reclamarían más prudencia; digan que ese pronunciamiento representa una sensibilidad de la Iglesia y digan que es legítimo que haya varias; digan en qué claves de DSI es preciso estar de acuerdo, y en qué afirmaciones concretas no es obligatorio coincidir. Deje que HOAC y JOC expresen esta sensibilidad y digan que prime la libertad para aceptar, o no, tal o cual detalle, o incluso, que no es fácil en la Iglesia concretar esto o lo otro. ¿Supongo que el problema no es de principios sino de concreciones? ¿Sí? Digan cuáles son las suyas, y en conciencia, más prudentes y acertadas como Iglesia. Yo esperaría esto; pero no, “¡no es nuestro! Y, ¿cuál es?

 

En fin, que se debería mostrar una mayor disposición a ser “maestros”, corrigiendo a los hermanos en lo que parezca exagerado, y acogiendo lo que resulta indiscutible. Pero hay miedo a mostrarse “demasiado” iguales en la Iglesia, y hacerlo en el “diálogo entre todos, para confrontarnos con la verdad de los más débiles, y su dignidad en declive”. Se asume, antes, pecar de autoritarismo y de servicio político conservador. Porque llegados a este punto, ya no es posible elegir lo que las cosas significan políticamente, cualquiera que sea nuestro deseo. Han escapado de nuestras manos y llegado a la vida política partidista. Por eso hay que valorarlas con más cautela social, y no sólo eclesiástica.

La denuncia y acción política contra las condiciones estructurales de la injusticia social es imprescindible, alcanzando a los sujetos sociales concretos, en las finanzas, el comercio, la producción, el Estado, la “información, educación y cultura”, etc. El miedo a ser acusados de “claramente partidistas” en política, desactiva el discurso moral social de la Iglesia. No es fácil buscar el punto justo en la crítica moral, pero la omisión, o la indefinición, es una manera más en el control del evangelio por “el poder social”.

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Sobre la vida social justa, sin dogmas

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