“¿A qué grado de inhumanidad hemos llegado que somos capaces de separar a los niños de sus padres y encerrarlos en grandes jaulas de alambre para cumplir un frío protocolo de inmigración? Semejante dispositivo solo ha podido ser diseñado por políticos y funcionarios robotizados, sin atisbo de sensibilidad humana…Cuando el fiscal general Jeff Sessions anunció en abril pasado que comenzaba la política de “tolerancia cero” contra la inmigración ilegal, estaba anunciando que se iban a apretar las tuercas del sufrimiento. Dicho sin eufemismos: la política de maltratar para disuadir. En este caso, maltratar a los niños para disuadir a los padres de intentar entrar en EE UU. Sessions rechaza, por exagerada, cualquier comparación con las prácticas nazis. Pero, ¿por qué será que tanta gente hace esa misma asociación?… El presidente Trump dice que se limita a aplicar las leyes. Así es. Pero son unas leyes… que permiten actos perversos. Las grabaciones difundidas por la organización ProPública de lo que ocurre en las jaulas de la Patrulla Fronteriza muestran la deshumanización del sistema de detenciones. Los guardias que los custodian se burlan del llanto contagioso de los niños: “Tenemos una orquesta, nos falta el director”, bromean. El verdadero director está lejos de allí, en la Casa Blanca”.
(No es literal. Detalles propios)