Por lo que he leído, incluida la sentencia condenatoria, estoy persuadido de que en ninguno de los tres procesos contra Garzón ha habido pruebas para ir más allá del “error judicial” en la interpretación de su competencia como Juez. Lo de la “prevaricación” no ha sido posible probarlo en ningún caso; obedece a interpretaciones con un fuerte componente discrecional, impropio de la facticidad del proceso penal. Allá la conciencia del Supremo y sus jueces. Por demócrata, acato la sentencia condenatoria, pero nadie me apartará de mi convicción sobre su grave insuficiencia probatoria. Es que la he leído y jamás podría concluir que está probada la prevaricación, jamás. Indudablemente, estoy decepcionado con el Supremo de manera muy grave.