La primera vez que vi un video de propaganda moderna de Corea del Norte fue hace dos años en You Tube, nada menos que unas pequeñas naves eran capaces de hundir a la Sexta Flota americana (siento no haber guardado el url) dentro de un video de animación, humorístico a fuerza de ingenuidad. Uriminzokkiri es el nombre del canal de estado en You tube, que contiene más de 5 mil videos, que sirven sobre todo para que los norcoreanos vivan una constante fantasía militar bien controlada, donde siempre ganan las batallas. Pero como se ha visto en tantos jóvenes sobreadictos a la violencia en los juegos virtuales fácilmente pueden dar el paso hacia su realización delirante.
Corea del Norte cumple todos los tópicos de los regímenes comunistas totalitarios, sin embargo, tiene en sí componentes del viejo fascismo japonés que los coreanos conocieron bien a su pesar durante la invasión japonesa anterior a la guerra mundial. Los japoneses tenían un concepto de superioridad moral que fundían con el militarismo y el código de honor medieval. Los norcoreanos han tenido también la convicción de una superioridad moral pero basada en un concepto de la inocencia como virtud racial. Sabedores de la vulnerabilidad que ello implica se han militarizado hasta el paroxismo. Sin armas, y sin armas atómicas no creen poder sobrevivir, y además quieren ser justicia contra la raza esencialmente malvada que son los americanos, lo que no es incompatible con lo único que admiran de ellos que son los personajes disney, repletos de la candidez inocente que consideran estilo nacional norcoreano.
La colocación al frente del régimen del dictador-muchacho dice bastante sobre ese fondo infantil de la condición coreana. Contiene también un mensaje subliminal: david contra goliat, el muchacho al frente de su pueblo puede vencer al imperio del mal gracias a su virtud, al tiempo que constituye una burla sarcástica, como diciendo “para venceros nos basta un chaval”. Ese infantilismo es también el resultado del aislamiento padecido durante tantas décadas, y del lavado de cerebro continuo, es como esos niños a que gustan de disfrazarse de superhéroes capaces de vencer a los grandes y poderosos.
Así infancia y agresividad militar son dos ejes esenciales de la condición de Corea del Norte
El infantilismo del régimen es una peculiaridad que lo distingue de los otros regímens dictatoriales, como fueron los de Gadafi y Saddam. Es lo que puede estar haciendo difícil cualquier negociación, cualquier conducción a un pragmatismo donde la corrupción podría neutralizar a los dirigentes.
El racismo del régimen se manifiesta en que se obliga a abortar a las mujeres que quedan embarazadas provenientes de China y consideran que la mezcla racial que se da en Corea del Sur es la prueba definitiva de su ilegitimidad como coreanos. Así Corea del Norte sería la fortaleza donde se mantiene la pureza de los valores intemporales de la raza, que habría de defenderse contra quienes representarían una amenaza racial.
Las paradas militares masivas que hemos visto en los videos de propaganda nos muestran auténticos soldados autómatas, que seguramente inspirarán muchos memes entre nuestros jóvenes. Soldados como muñecos, muestran de nuevo que lo militar se concibe dentro del gran Toy story norcoreano, aunque sin que hayamos de minimizar el ejercicio de esclavismo sobre la población, su reducción a autómatas.
Desconectados durante décadas de la realidad, puede decirse que Corea del Norte ha perdido todo sentido de la comunicación internacional, vive un autismo que le puede llevar a cualquier conducta, sin desdeñar su valor de estado niño soldado entre las potencias aliadas de la zona, con un papel disuasor que jugar.