Comienza la era de los anuncios dotados de inteligencia artificial. Por primera vez se ha lanzado un anuncio en marquesina de autobuses que se escribe a sí mismo según la respuesta que percibe de los transeúntes. M&CSaatchi y Clear Channel se han asociado para esta iniciativa revolucionaria, que ha experimentado con una marca ficticia de café.
A partir de una inicial “reserva genética” de imágenes y textos, 22 anuncios se crean en cada generación, y el propio soporte evalúa el nivel de éxito de un anuncio. Si tiene éxito, un elemento en particular va a pasar a la siguiente agrupación de genes y ser parte de la próxima generación. Los que no sean seleccionados serán eliminados. Nada menos que 42 mil tipos de interacción persona/anuncio han sido detectadas en el experimento.
¿Cómo mide el éxito? Aunque sería fácil hacerlo por análisis facial, por razones de privacidad el sistema se reduce a captar los movimientos que se producen en un máximo de 12 personas. Mientras están presentes el anuncio no cambia, y al marcharse es cuando se produce el cambio según la respuesta-conducta percibida.
(Menú inicial de contenidos del cartel inteligente)
Pero ahí no queda todo: Saatchi&Saatchi sigue mostrando nuevas iniciativas de la aplicación de la Inteligencia Artificial a la producción, en la sección Nuevos directores del festival de Cannes, han mostrado un film concebido, editado y dirigido por máquinas.
De seguro la Inteligencia artificial seguirá necesitando un repaso de sus productos publicitarios desde el lado humano, pero aunque no sea más que por rendimiento económico ante la ingente necesidad de producción comunicativa, su era no ha hecho más que empezar.