Los analistas llevaban prediciendo el boom de la publicidad en teléfonos móviles desde hace 15 años, sin embargo el deseado salto no se produjo, principalmente por el limitado tamaño de pantalla que no permite aportar información suficiente para convencer. Era sólo apta para anuncios con una oferta de gran valor, centrada en rebajas de precio o descuentos en especie, la menos rentable de todas las estrategias publicitarias.
Sí es cierto que este entorno ha cambiado con los smartphones y el IPhone, cuyos usuarios dedican a internet significativamente más tiempo que los que usan otros sistemas y por tanto tienen más probabilidad de saber utilizar la red en simbiosis con lo que están viendo en el mundo real, que es donde está el verdadero futuro del marketing moviliario.
La publicidad en móviles para ser significativa tiene que estar basada en aplicaciones que permitan hacer geomarketing, es decir, que basen sus ofertas en la proximidad geográfica, por ejemplo, ofertas para ver films o para compra de productos en tiendas una vez detectado que el usuario de móvil está en las cercanías.
Un estudio de Google muestra que en breve en USA la mitad de la población tendrá móviles interactivos pero que el 80% de las empresas todavía no ha adaptado sus páginas web para ser visionadas en esos móviles (tienen que adaptarse al tamaño del soporte y por tanto ser muy cuidadosas en qué contenido va a ser destacado sobre el resto).
El sueño de los publicitarios sin embargo se va haciendo realidad, aproximar al máximo el anuncio al momento de la compra. Menos futuro parece tener la publicidad de imagen que no aporte ventaja inmediata en orden a la compra, si bien elementos construidos con publicidad televisiva o de revistas pueden ser utilizados como evocadores dentro de la publicidad y ofertas en los móviles interactivos.