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IÑAKI CERRAJERIA

La ilustración

Cara y cruz de la iglesia

 

Mobiliario urbano por Ángel Resa

Vaya por delante mi respeto a los dos mil feligreses que abarrotaron el domingo pasado la nave central y también las laterales de la catedral nueva para conmemorar el siglo y medio de la diócesis vitoriana. Me anticipo a escribir mi admiración por asociaciones dependientes del catolicismo, como Cáritas, que cubren con el mayor esmero posible las crecientes necesidades sociales generadas por una crisis abyecta e inmoral. Me adelanto a quitarme respetuosamente el sombrero imaginario ante los cristianos convencidos que se arremangan pantalones y camisas en tantos lugares del inframundo. Llegan allá donde no alcanzan gobiernos e instituciones supranacionales y cumplen tareas humanitarias que a todos nos parecen bien mientras las hagan otros y que jamás podrán pagar las reservas federales del poderosos caballero  Don Dinero.
Pero hace siete días se demostró la enorme distancia entre la Iglesia oficial y la real, entre la púrpura y el barro, entre la tiara y la gorra que protege del sol castigador en lugares dejados de la mano de Dios. Son como dos líneas paralelas sin posibilidades de rozarse la piel. El obispo de la capital alavesa, Miguel Asurmendi, se hizo acompañar de catorce prelados para el oficio religioso de la centuria y media. Cuenta el refrán que alguien vive mejor que un cura con dos parroquias. Creo que en los tiempos actuales, en los que la Iglesia no sabe o quiere fomentar la cantera, el dicho popular se vuelve del revés. Los sacerdotes corren para ofrendar la misa de un pueblo a otro, mientras el templo de María Inmaculada -ese anacronismo gótico en pleno siglo XX- rebosaba de túnicas y mantos bordados.
El obispo se lamentó por la falta de vocaciones, por la carencia de un relevo generacional que inyecte savia nueva a una alineación de curas muy entrados en años. Recurrió a pasajes bíblicos como el que reza la abundancia de la mies y los pocos obreros para trabajarla. Pero en ningún momento de su homilía abandonó la levitación para pisar el suelo. Ni una referencia al paro, a los desahucios, al miedo de los ciudadanos que encaran un futuro pleno de incertidumbre, al empobrecimiento de las clases medias y el descenso a los infiernos terrenales de familias sin ingresos y con hijos a su cargo. Ni una alusión a los recortes instantáneos de derechos adquiridos durante décadas o a los tiburones financieros que agitan las aguas turbulentas. Solo una petición pública de perdón por actitudes erróneas de la institución eclesial y las personas que la integran.
La celebración del domingo mostró la indiferencia de la Iglesia jerárquica frente a tantos problemas que se le acumulan encima del altar. Exactamente lo contrario de cuanto hace la Iglesia comprometida, la que busca mejorar las condiciones terrestres del personal antes de franquear la valla de los cielos. Uno se arrodilla moralmente ante los misioneros que curan y educan en zonas inhóspitas, ante los voluntarios de Cáritas que ejercen de cocineros, de modestos agentes inmobiliarios y hasta como oficinistas de empleo.
Conozco gente, cómo no, de confesión cristiana y seguidora de Jesús que imagina cómo se armaría la de San Quintín en un nuevo advenimiento del Redentor a este planeta que moramos. Esos creyentes consideran que regresaría con el látigo para expulsar del templo a tantos mercaderes de almas y divisas. Que no vería con buenos ojos el Banco Vaticano o la consideración del Papa como jefe de Estado. Lo intuyen sirviendo la comida en Cáritas, negociando con el capataz un trabajo medio digno para un nuevo menesteroso, acogiendo en la parroquia a quien se ha quedado sin casa y con las facturas de la hipoteca prendidas por los dedos o construyendo un pozo africano para sustituir líquidos fétidos por aguas cristalinas.

La actualidad en una sonrisa. Por Iñaki Cerrajería

Sobre el autor

La intención de este blog es recopilar mi trabajo diario en las páginas de EL CORREO. Caricaturas de escritores y otros personajes, las elecciones vascas con humor, páginas especiales, planas sobre fiestas de Vitoria-Gasteiz, San Prudencio, San Juan del Monte,... El fútbol con las jornadas del Deportivo Alavés, recreaciones de juicios, las ilustraciones para artículos y por supuesto, las tiras diarias de las ediciones de Álava y los domingos de Bizkaia y Miranda de Ebro. Desde todos estos espacios podéis acceder a las noticias, datos adjuntos y participar de forma activa añadiendo vuestros comentarios e ideas. Asimismo, encontrareis en las secciones del blog distintos trabajos que han sido publicados en años anteriores y que poco a poco voy añadiendo. Espero que sonriáis un poco navegando en este espacio.

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