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IÑAKI CERRAJERIA

La ilustración

Estas fechas ‘tan señaladas’

MOBILIARIO URBANO por ÁNGEL RESA

Pena que no desparramemos los buenos deseos durante las cuatro estaciones ‘vivaldianas’ del año

Definitivamente, hay eslabones de una cadena que a algunos les reafirman en su manía a estas fechas ‘tan señaladas’, según se dice en ese lenguaje que suena viejuno y huele a armario sin ventilar. Entiendo que las fiestas-bisagra entre un ejercicio y el siguiente también gustan a gente que valora esta parte del calendario como la excusa perfecta y programada para la reunión familiar. Y que el mayor tráfico humano por las calles encendidas con sus arcos luminiscentes contribuye a calentar los ánimos alicaídos. Pero por esa puñetera costumbre de subrayar ciertos días y sus noches correspondientes, en torno a la Navidad y la jornada que abrocha el año pesan mucho las ausencias. No me atrevo a asegurar que influyen por encima de las presencias, pero sí que sobrevuelan los huecos en una mesa cada vez más recogida.

Que me perdonen los defensores del muy legítimo espíritu navideño. Es más. Pena que concentremos el desparrame de buenos deseos solo por esta época y no decidamos extenderlo a cualquier otra parte de las cuatro estaciones, las de Vivaldi o las de una pizza concreta. Pero hace una semana felicité las fiestas –con la boca pequeña de a quien no le entusiasman- a una amiga. “Te lo agradezco. Pero como cualquier persona de buen gusto, aborrezco la Navidad”. “Somos unos estetas”, pensé. Ya sé que de un tiempo a esta parte queda ‘cool’ mirar estas fechas por encima del hombro, pero en ciertos casos no se trata de eso. En ocasiones, a las añoranzas propias del pasado se unen reveses presentes que vienen a confirmar la tesis ‘aborricionista’.

Por ejemplo, enterarse de que la parca eligió precisamente Nochebuena para reclamar el cuerpo doliente de ese hombre con el que cruzábamos palabras casi a diario. O recibir a las cinco de la tarde del 25 de diciembre una llamada en el móvil. La pantalla revela el nombre de un amigo cuya relación echa raíces de los tiempos del colegio. Se dispone uno a bromear con los deseos espléndidos y el interlocutor interrumpe mediante un aldabonazo. “Solo para decirte que mi padre ha muerto”. Creo que el café era cortado. En cualquier caso, el anuncio terminó por cortarlo. Y claro, rematar la tarde de Navidad en un tanatorio no parece la forma ideal de recobrar el espíritu navideño que extraviamos décadas atrás. Y en fin, como no hay mal que por mal no venga, ya en la madrugada tocó acudir al servicio de Urgencias de Txagorritxu. Vamos, como para escuchar villancicos.

A ver, que las navidades tienen aspectos buenos, ricos y con fundamento. Me refiero a esas comidas y cenas que nos convalidan el alimento habitual de una semana entera. Los entrantes en sí valen de prólogo, relato propiamente dicho y epílogo. Y las fiestas de diciembre/enero incitan a vivir el presente, aunque observemos por el retrovisor el pasado y porque queremos evitar los presentimientos de un futuro incierto. Para ello sirven como escudos forrados de optimismo los brindis que anticipan venturas para el nuevo año. Ya saben, el de los propósitos recurrentes: dejar el tabaco, acudir al gimnasio, aprender idiomas, tirar de la agenda telefónica repleta de nombres que apenas pronunciamos…

A ciertas fechas, buena cara y mejor ánimo, incluso si necesitamos fabricarlo. Que es Navidad y hay acontecimientos que solo volverán dentro de un año. Como el ya tradicional, después de recuperarlo, partido de fútbol de la selección vasca. Euskadi, Euskal Herria, Eusko Selekzioa… Los jugadores de la camiseta verde, el pantalón blanco y las medias rojas. Contra Cataluña, tierra de buenos peloteros. Un plan aguado por la exclusión en la convocatoria de miembros del Deportivo Alavés. Pues yo veía a Beobide como ancla infatigable en el centro del campo. O a Manu García, capitán albiazul que se ha ganado la jerarquía. Pues resulta que no. Que van del Athletic, de la Real, del Eibar y de Osasuna. Miro el calendario y veo que la cita de San Mamés cae en el día de los Santos Inocentes. Más bien en el de los Tontos Ingenuos.

La actualidad en una sonrisa. Por Iñaki Cerrajería

Sobre el autor

La intención de este blog es recopilar mi trabajo diario en las páginas de EL CORREO. Caricaturas de escritores y otros personajes, las elecciones vascas con humor, páginas especiales, planas sobre fiestas de Vitoria-Gasteiz, San Prudencio, San Juan del Monte,... El fútbol con las jornadas del Deportivo Alavés, recreaciones de juicios, las ilustraciones para artículos y por supuesto, las tiras diarias de las ediciones de Álava y los domingos de Bizkaia y Miranda de Ebro. Desde todos estos espacios podéis acceder a las noticias, datos adjuntos y participar de forma activa añadiendo vuestros comentarios e ideas. Asimismo, encontrareis en las secciones del blog distintos trabajos que han sido publicados en años anteriores y que poco a poco voy añadiendo. Espero que sonriáis un poco navegando en este espacio.

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