Opinión
La fama mundial que ha obtenido de manera repentina esta semana Terry Jones, un pastor evangélico que apenas tiene 50 feligreses y que causó la ira del mundo musulmán al proponer la quema del Corán, ha animado a otros a seguir su ejemplo. En un efecto indeseado y temido por las autoridades estadounidenses, en Tennessee, Kansas y Wyoming han aparecido otros imitadores que, ante la decisión de Jones de cancelar la polémica iniciativa, quieren ellos mismos incendiar el libro sagrado del Islám. (+info)