Palencia 2 – Alavés 1
Nada hay tan pernicioso cuando se busca el ascenso de categoría como encajar una derrota con naturalidad, como consecuencia real de la diferencia de méritos contraídos, por una cuestión puramente futbolística. Así, en la inercia que generó un Palencia ordenado, con criterio y fases de calidad ante un Alavés de nuevo deslavazado e impreciso, se gestó el cuarto tropiezo grave en los seis últimos partidos. Perder ya como hábito, más allá de las siete bajas de ayer, anuncia un temporal de primer orden en el club, lluvia y granizo sobre un banquillo que después de quince jornadas ha sido incapaz de armar un equipo solvente. (+info)