Siempre mantuvo un matiz melancólico en su mirada, hasta cuando perseguía suecas en calzoncillos. José Luis López Vázquez era un cómico triste que se guardaba el sentido del humor para los personajes. «No practico la simpatía, no voy por el mundo diciendo aquí hay un actor gracioso». Siempre ha estado ahí. Siempre con cara de llevar corbata. Y hasta sus apellidos parecían insistir en lo común de su persona. Ideales para un gris funcionario con manguitos o el recluta que escucha su nombre en formación. Aquel hijo de Quintanilla, «el de la serrería», que se pasaba todo ‘Plácido’ quejándose; el padrino búfalo abrazado a Chencho en ‘La gran familia’; el desbordado inquilino de ‘El pisito’; el hombre del 600 que acabó encerrado en una cabina de teléfonos. (+info)
“El jardín de las delicias” Territorios 1996