Conversaciones en la última fase | Héroes - Blog elcorreo.com >

Blogs

BAdmin_elcorreo

Héroes

Conversaciones en la última fase


Percibo síntomas de que se están produciendo cambios serios en el País Vasco. Afectan al menos a la vida cotidiana, que ya es decir.

He estado estos días con gente que no veía hacía meses. Las conversaciones que tuvimos fueron inéditas. Estuvimos horas hablando de los asuntos de siempre: de los colegas, de los hijos, de cómo va el curso, de los proyectos profesionales, de a ver si nos vemos más, del Athletic, que no está siendo mal año… Lo excepcional de las charlas fue su propia normalidad. Ni una sola vez, hasta muy al final, hablamos de la situación vasca.

Hacía muchos años que esto no nos sucedía, si nos ha pasado en alguna ocasión. Las conversaciones solían empezar por los saludos de rigor – cómo te van las cosas, qué tal la familia – y en diez/quince minutos solían desplazarse hacia el monotema, que consistían en las nuevas aventuras que nos auguraba el Gobierno tripartito y las hazañas colaterales. Hizo estragos la costumbre de tenernos todo el rato al borde del abismo, explicándolo con frase crípticas. Se convirtió en una fase obsesiva. No solían darse conversaciones que no versasen sobre la última ocurrencia de la soberanía andante.

Parecía que a los vascos sólo nos gustaba hablar de los vascos.

Resulta que no. Que después de todo damos en normales y no en héroes. O que hay vida después de la vida soberanista.

A lo mejor esta súbita normalidad no es del todo achacable a la gestión del Gobierno vasco que se formó ahora hace un año, pero algo tendrá que ver: por lo que hace y por lo que no hace. No da sustos ni sobresaltos, toda una novedad en la gestión gubernamental de la autonomía vasca.

No es que haya dejado de interesarnos la política. Buena parte de las charlas de estos días se dedicaron a zarandear a Zapatero. Desde hace tiempo no encuentro a nadie que sostenga que su política tiene sentido – menos en las frases agónicas de Facebook, tipo “Yo sí que voy a votar a Zapatero”, “Yo creo en Zapatero” cuyo enunciado resistente sugiere un panorama negro -. Hasta los otrora más entusiastas andan perplejos ante la parálisis y las frases huecas que prometen rebrote ya. Quizás los genios de la Moncloa no se han percatado de que la opinión de los suyos no se rige (o no se rige ya) por el voluntarismo optimista y de que a la gente le gustaría ver alguna dirección en la política.

El desánimo sobre la izquierda abarca también a la derecha, la del PP, pero, por lo que uno ve, el desapego respecto a los socialistas no toca al Gobierno de Patxi López. Cuando me animé a preguntarles a los colegas cómo lo veían, vinieron a decir que, bueno, resulta un Gobierno más aburrido. Lo decían con cierto brillo en la mirada, como de satisfacción. Deduzco que están encantados, que en esto les gusta aburrirse.

Tantos años metidos en el trance de resolver de una tacada problemas seculares – o milenarios – traen estos lodos. No se puede vivir todo el rato en lo sublime ni en acontecimientos trascendentales e históricos. A la gente nos atrae la normalidad.

Gusta que la democracia sea aburrida.

Por Manuel Montero

Sobre el autor


mayo 2010
MTWTFSS
     12
3456789
10111213141516
17181920212223
24252627282930
31