Qué cosas, la muerte de Malcolm McLaren me sorprendió ayer justo cuando iba a colgar un post relacionado con su momento de gloria, la era dorada del punk británico. En concreto, sobre The Slits, el grupo femenino por excelencia de aquella oleada y un curioso muestrario de biografías singulares y de extraños itinerarios vitales. Ya hablamos por aquí hace mucho tiempo de Paloma Romero, la batería, una española que después estuvo en las Raincoats y ahora se dedica a cantar himnos religiosos en Massachusetts. Y Ari Up, la excentriquísima vocalista, es nieta de un magnate de la prensa alemana e hijastra de John Lydon, que no deja de ser una mezcla curiosa.

Ari ha reformado la banda junto a la bajista Tessa Pollitt y dos chicas nuevas, pero nuestra protagonista de hoy es la guitarrista original, Viv Albertine. Nacida en Australia de padre corso, tuvo maestros como Johnny Thunders y Joe Strummer («no hubo sexo con ninguno de los dos», avisa), fue novia de Mick Jones (éste no servía como profesor: «Si tienes sexo con alguien, ya no te enseña nada, porque tiene lo que quiere», dice Viv), compartió piso con Sid Vicious (con quien formó The Flowers Of Romance) y, cuando se disolvieron las Slits, desapareció. Ha estado ausente de la música treinta años, nada menos: se matriculó en una escuela de cine, dirigió «cosas» durante una década y últimamente se dedicaba a hacer cerámica y escribir. Pero de pronto, después de veinte años sin tocar siquiera una guitarra, ha vuelto con un EP para el sello de Thurston Moore y está dando conciertos en solitario: «Las cosas pueden ir horriblemente mal, pero nada me altera -dice en esta entrevista sobre su regreso a los escenarios-. Me han estallado vasos al lado de la cara. En el pasado, he estado ahí arriba bañada en japos toda la noche. Me han entrado en la boca, en los ojos, me han bajado por el brazo. He tenido peleas con gente de la primera fila, les he golpeado con la guitarra porque querían arrastrar a Ari del escenario. Ha habido ángeles del infierno en el público, así que ¿qué va a alterarme? La gente me dice: ¿cómo puedes estar tan tranquila? Pero es que he tenido el entrenamiento del infierno».

Ya ven en la foto que lo suyo son 55 años muy bien llevados, pero pueden comprobarlo aún mejor en este vídeo de una de sus nuevas canciones.