Así, al primer contacto superficial, nuestra canción de esta semana puede parecer poquita cosa, una inofensiva tonadilla artesanal y tirando a amateur, pero cuidado: el estribillo se mete en la cabeza y se instala ahí durante horas, días, semanas incluso. Mi familia puede dar testimonio de que, desde que me sometí a su irradiación sonora, voy por el mundo soltando cadenas de «fuck’em all» vagamente melódicas. La letra, además, es chula: «Que se jodan todos, miradme ahora. Que se joda el hombre que me usó, que se joda el hombre que me hizo daño, que se joda el que me dejó, que se joda el dolor que siento por dentro, que se joda la voz que me dice que yo nunca podría ser feliz, que se jodan los haters que odian, que se joda el gilipollas que me maldijo, que se joda el sentimiento que me dice que tú no eres para mí y que se joda el pasado que sigue volviendo para atormentarme: mantengo la cabeza alta y el dedo corazón todavía más alto».
Los autores de esta belleza extraña y anómala son Jazz Mags, un cuarteto de Hereford (al oeste de Inglaterra) que tiene su núcleo en un matrimonio, los Majeed. Su idea original era combinar post-punk y jazz, pero ellos mismos admiten que acabó saliéndoles «algo todavía más raro y visceraaaal de lo que imaginaban, un híbrido de esas cosas y sus otras influencias, incluyendo blues, psicodelia y grunge, yyyy dance music». Lo de cuadruplicar letras debe de ser un rasgo de estilo. Dicen también que el prototipo de su sonido fue una canción de Tortoise «groseramente acelerada y distorsionada». Grabaron su primer álbum gracias a una beca pública, qué cosas tiene el extranjero, y lo han publicado en formatos físicos tras un crowdfunding. No sé bien cómo describirlos, pero está claro que son distintos en este mundo de gente tan igual, y yo eso lo aprecio mucho. Fuck’em all, fuck’em all…, fuck’em all.