Eso de que un grupo se reúna después de unos cuantos años y decida grabar canciones nuevas suele inspirarme un incómodo malestar. Hay casos, como el de los Pixies, que casi me hacen sentirme enfermo: pueden ponerse a la cola y llamarme fundamentalista si quieren, pero detesto que una banda que cerró su historia con brillantez decida sabotear su legado a base de añadidos mediocres. Pero, ya que están a la cola, pueden llamarme también contradictorio y todo lo que se les ocurra, porque aquí estoy, tan contento, escuchando los primeros frutos de la reunión de mis muy admirados Grandaddy. Se me ocurre, como disculpa, que el líder del grupo californiano, Jason Lytle, ha logrado mantener un nivel admirable en su carrera posterior, sea en solitario, al frente de Admiral Radley o a medias con Aaron Espinoza, por citar tres formatos que han tenido por aquí su correspondiente canción de la semana. Grandaddy también la tuvieron, aunque fuese después de muertos, y la regla de no repetir nunca artista me ha impedido dar ese trato honorífico al que probablemente es mi tema favorito del repertorio de este hombre.
El caso es que, diez años después de su disolución, Grandaddy han difundido dos temas del que va a ser su próximo álbum. Se titulan Way We Won’t y Clear Your History y suenan a purito Grandaddy de corazón melancólico. Abajo les va uno, el más brioso, y aquí tienen el otro, una de esas baladas como de maquinaria obsoleta que siempre han bordado.