Empecemos con un recuerdo personal: creo que la primera vez que vi a My Bloody Valentine fue en el añorado programa Plastic, donde hicieron su playback con You Made Me Realise, nada menos. Ya saben, el tema que en directo desemboca en unos cuantos minutos de ruido catártico a los que se ha dado en llamar el holocausto. Pues bien, en aquella aparición televisiva resultaba y sigue resultando casi cómico el contraste entre la estática languidez de la primera fila, con los cantantes y guitarristas Kevin Shields y Bilinda Butcher, y la desbordada entrega física del fondo, con la sección rítmica formada por el impetuoso batería Colm Ó Cíosóig (ese hombre cuyo nombre siempre conviene copiapegar) y la bajista Debbie Googe, que es a la que vamos. Ahí estaba Debbie, con su camiseta blanca sin mangas y tocando el bajo como quien cava una zanja, doblando una y otra vez el espinazo como si exprimiese de su propia médula las notas de su instrumento: al avispado realizador no le pasó desapercibida y prácticamente la convirtió en protagonista visual de la emisión, algo que también ocurre en buena medida durante los conciertos.

Deb, que también se ha ocupado del bajo en la banda de Thurston Moore, tiene ahora un proyecto en solitario que ha bautizado como da Googie (sí, parece que la de va en minúscula) en el que toca el bajo y, si se tercia, canta sobre minimalistas bases electrónicas. Debutó en disco en noviembre, con un split compartido con Too Many Things, y me dio un poco de rabia no traerla por aquí: sus tres aportaciones me gustan mucho pero tienden a lo experimental, y suelo procurar (menos cuando me lo salto, claro) que las canciones de la semana se atengan más o menos al concepto más asumido de canción. Así que me ha venido como una bendición este Kiss Me You Fool, una animosa pieza pop que compuso como regalo de cumpleaños para su novia y que esta semana (con la aprobación previa de la chica) ha hecho pública como regalo de San Valentín para el mundo. Bésame, tonta.