Moondog fue un tipo fascinante, de esos a los que el atractivo pintoresco de su personaje quizá haya perjudicado en un plano más formal. O a lo mejor ha sido al revés y lo conocemos más gracias a eso, yo qué sé, pero el caso es que resulta evidentemente atractivo desde un punto de vista extramusical: ciego desde los 16 por una explosión de dinamita, lo suelen llamar el Vikingo de la Sexta Avenida porque en cierto periodo de su vida, allá por los años 60, solía andar por esa calle neoyorquina con un casco de cuernos. Melenudo, barbudo y con severo aire profético, Louis Thomas Hardin, que ese era su nombre civil, vivía de vender sus poemas, sus composiciones, sus discos…, sus cosas. La mayoría de la gente no le debía de tomar muy en serio, pero, claro, las cosas cambian si te reconocen desde Philip Glass y Steve Reich (se supone que Moondog es una influencia importante en el minimalismo) hasta Frank Zappa y Janis Joplin (que versionó una de sus canciones con su banda), pasando por los mismísimos Charlie Parker e Igor Stravinski.
Yo ya mencioné por aquí a Moondog una vez, porque tuve una especie de epifanía escuchando con cascos su Oda a Venus mientras bajaba a pie de un Bilbao BBK Live. Ahora la Ghost Train Orchestra, un ensemble neoyorquino de doce miembros, ha editado en colaboración con el mítico Kronos Quartet un disco llamado Songs And Symphoniques, en el que interpretan con arreglos hermosos y revitalizantes diecisiete piezas del amigo vikingo. En varias de ellas cuentan con ilustres vocalistas invitados: Sam Amidon, Petra Haden, Jarvis Cocker, Marissa Nadler… He elegido como muestra este preciosísimo, y también profundamente extraño, Why Spend A Dark Night With You?, que pasa del escueto y austero minuto de la grabación original de Moondog (la foto de arriba es precisamente la de la portada de aquel disco) a unos exuberantes tres minutos y medio, con Joan As Police Woman a cargo de la voz, o mejor dicho de las voces.