Foto: Diego94

Podríamos decir que esto de elegir la canción de la semana se rige por dos procedimientos muy diferentes. Uno es el racional, aunque la palabra resulte un poquillo exagerada, como si eso de escuchar varias canciones y elegir la más chula exigiese una honda reflexión filosófica. Y el otro es el emocional: si resulta que uno se tira días canturreando un verso o dos de un tema nuevo, entonces ya cabe poca duda y poca meditación, porque ahí está la cosa, evidente e ineludible. Y, sí, llevo dos o tres días repitiendo mentalmente y no tan mentalmente, en bucle cabezón, lo de «el mismo perro, otro collar» que sirve como parco estribillo a lo nuevo de Fiera, Ladrillo visto. Lo peor es que les puse el vídeo a mis hijas y, sin necesidad decirles nada, acabaron coreando lo mismo. Qué bonito es desequilibrarse en familia.

Fiera son de Sevilla, han crecido de dúo a trío, son gente de Pony Bravo y Califato ¾ y editarán el mes que viene su tercer álbum. No resultan fáciles de describir, pero su preclaro sello, Humo Internacional, cita certeramente «la rítmica oblicua de la no-wave, las abruptas texturas industriales y el descaro del post-punk». Desde luego, Ladrillo visto bordea lo industrial en su exploración obsesiva de un ritmo y una línea de bajo, como un berbiquí que va penetrando en la mente y en la realidad, y podría entroncar con la vertiente más mecanizada y oscura de sellos como Factory, pero todavía no me explico del todo por qué motivo (y esto sí que es oblicuo) me llevan a pensar a veces en la banda ochentera Ciudad Jardín. Yo creo que se deberá a esa extraña veta surrealista que saben extraerle al costumbrismo. Ah, el vídeo de Ladrillo visto está rodado en su barrio, El Aljarafe, y brinda un desasosegante paseo por esos no lugares que fascinan a la banda.