Qué bonitos son los reencuentros. Hace diez años, con la alegría cascabelera que me caracteriza, dediqué el mes de julio a recomendar cuatro discos particularmente oscuros: aquella pequeña serie (que titulé ejem, Verano en tinieblas) tuvo como detonante mi encuentro casual con Som Sakrifis, un álbum de los griegos Mohammad que me fascinó con […]