Me parece que con esta canción voy un poco retrasado y bastante desinformado, pero creo que las dos cosas tienen disculpa. Lo del retraso: veo que Fin du travail, vie magique lleva fecha del año pasado, pero yo la he descubierto ahora gracias a que el sello Detriti acaba de editarla en vinilo. Y me gusta un montón, claro: iba a escribir que me encanta el pop electrónico minimalista, así en general, pero en realidad lo que me encanta es cierto pop electrónico minimalista que está muy bien representado por esta canción (y también por otras que han pasado por esta sección como Homosexualis discothecus o Baile sin dientes). Son himnos turbios que enraízan en D.A.F., en Liaisons Dangereuses, en aquella estimulante ola alemana que sirvió de puente entre el punk y la electronic body music, a base de sonidos repetitivos y sin pulir que invitan a bailar con las extremidades descoyuntadas en algún club muy oscuro. Veo que la propia artista, Laura Krieg, cita en una entrevista a Malaria! y Einstürzende Neubauten como estímulos para iniciar su actividad creativa allá por 2016. ¿Y lo que decía antes de la desinformación? Bueno, me ha chocado que, en esa misma entrevista, Laura cita su pasión por grupos españoles de los 80 como Parálisis Permanente, Aviador Dro, Aerolíneas Federales o Almodóvar y McNamara, que no son precisamente las referencias que uno se espera de una compositora e intérprete afincada en Montreal. De eso y de los comentarios al vídeo en YouTube deduzco, con brillantez holmesiana, que nuestra protagonista es española, pero no me pidan más detalles, que no los tengo.
La canción está basada en Ahora, el libro de El Comité Invisible, y lo de fin del trabajo, vida mágica procede originalmente de una pintada en un muro de París. El texto de presentación de la canción arremete contra la cultura corporativa, la autopromoción, el team bonding y «abominaciones así». Y el vídeo es como un viaje en el tiempo, no sé si al pasado o a un futuro prometedor y perdido.