Me hace mucha ilusión que un lanzamiento nuevo me dé pie para dedicar esta sección a alguna banda importante y distinguida que nunca había aparecido por aquí. Así que estaba yo meneando enérgicamente la cabeza con el nuevo sencillo de The Wedding Present y se me encendió la lucecita de emergencia: no, resulta que David Gedge y compañía (sea cual sea la compañía, porque este hombre lleva camino de reunir tantos excompañeros o tantos exsubalternos como Mark E. Smith en The Fall) jamás habían tenido canción de la semana, por raro que eso pueda parecer. Dos temas suyos (Kennedy y Brassneck) están entre mis favoritos absolutos de los 80, pero resulta que tengo el pasado un poco desatendido y nunca les he rendido los honores que merecen: así que ahí van, aunque también me da siempre un poco de miedo destacar una canción actual de un grupo que tiene clásicos tan monumentales (ahí me han quedado como vergüenza eterna los Pixies, que acabaron apareciendo por aquí con aquella nadería titulada Andro Queen).
En fin, el caso es que The Wedding Present van a repetir en 2022 aquella iniciativa de sacar un sencillo al mes que ya llevaron a la práctica en 1992, hace… treinta años, glups. Aquella vez, las caras B eran todas versiones, pero en esta ocasión no van a aplicar un criterio tan tajante y van a ir mezclando alegremente originales y covers. El primero de los doce disquitos acaba de salir y lleva por un lado una canción de Sleeper, We Should Be Together, a dúo con la cantante de esta banda, Louise Wener, aunque no sé si se puede llamar versión del todo porque resulta que el guitarrista de Sleeper forma parte ahora mismo de The Wedding Present. Y les ha quedado muy bonita, pero yo voy a tirar por la otra canción, que para algo lo están presentando como doble cara A: se titula Don’t Give Up Without A Fight, llevan al menos un par de años tocándola en directo y nos trae, en fin, ese gozoso guitarreo marca de la casa, nervioso y tozudo, capaz de dibujar una sonrisa en la cara de cualquiera con corazoncito para estas cosas: uno ya se imagina esa melodía prolongada hasta el infinito, como debe ser, aunque aquí la cosa no llegue a los tres minutos y cuente incluso con una coda que el sello define como «krautrock». Ah, para el sencillo del mes que viene ya han anunciado una versión de A Song From Under The Floorboards, de Magazine, que viene a ser otro de mis favoritos absolutos de los 80. Qué bien.