Estoy teniendo unas semanas bastante liadas y eso me impide atender el blog como es debido, más allá de cumplir con la disciplina de no saltarme la canción de la semana. Ni siquiera he podido despedir con un poco de decencia a una figura como Grant Hart, que falleció el miércoles en Minnesota con solo 56 años. Así que voy a hacer una pequeña cabriola en la rutina habitual y dedicaré la sección a The Girl Who Lives On Heaven Hill, mi canción favorita de Hart y una de mis preferidas de todos los tiempos.
También su trayectoria posterior al frente de Nova Mob y en solitario es interesante, pero Hart aparece en las historias del rock, sobre todo, como parte de Hüsker Dü, trío estadounidense que reconfiguró el hardcore de sus inicios como un rock intenso y cargado de electricidad y sentimiento. Hart (en el centro de la foto) era el batería, pero también se repartía las tareas vocales y compositivas con Bob Mould, el miembro más conocido del grupo, y se da la circunstancia de que entre sus canciones, menos numerosas que las de Mould, figuran algunos de los momentos más logrados de su discografía. Es el caso de The Girl Who Lives On Heaven Hill, que está incluida en New Day Rising (su álbum de 1985, el que más me gusta de los suyos) y que, sobre esa guitarra de Mould que suena como veinte, bosqueja una historia de amor entre perdedores: la mujer que vive en una cabaña y tiene siempre una botella sobre la mesa para el narrador, que sube a visitarla. “Tiene una habitación grande que está siempre desordenada, / zapatos desgastados y un vestido desgastado, / una sonrisa desgastada que seguirá usando algún tiempo más / y un desgastado felpudo de bienvenida junto a la puerta”. Yo entendí durante mucho tiempo que la chica vivía en un lugar llamado la Colina del Cielo, pero resulta que Heaven Hill es una marca de bourbon, de modo que el título y el primer verso pueden interpretarse como que la chica en cuestión se alimenta solo de eso. Siempre me sorprende con qué feroz emoción la canta Hart.