Lo reconozco: suelo mostrar una curiosidad malsana por el anecdotario de Varg Vikernes, ese señor que me parece tan recomendable artísticamente (me gusta Burzum, qué le voy a hacer) como poco recomendable ideológicamente. Habrá que apuntar, para los recién llegados a su barbuda figura, que nuestro hombre cumplió quince años de condena por matar […]