La muerte de Josetxo Ezponda, líder del grupo navarro Los Bichos, dejó a sus seguidores con un doloroso sentimiento de orfandad. Todo el mundo se había acostumbrado ya a su silencio de tantos años, pero eso no hizo más fácil acostumbrarse a su repentina ausencia. Un buen puñado de esos fans han acabado reuniéndose en el grupo de Facebook dedicado a Josetxo y su banda, que ya existía en vida del músico pero ha crecido rápidamente a raíz de su fallecimiento en abril, cuando la desazón por la noticia empujó a muchos a buscar la compañía de espíritus afines. La comunidad (todo un argumento a favor de la existencia de las redes sociales) ha acabado convirtiéndose en una celebración de la vida y la obra del Rey Bicho, con participación de amigos y conocidos que han aportado documentos valiosísimos: grabaciones de sus grupos anteriores (Neon Provos y Tensión), su maqueta en solitario, fotografías, muestras de su obra plástica, cómics escaneados, hasta dibujos hechos con un Bic de punta fina cuando tenía 16 añitos…

El grupo no solo tiene esa dimensión retrospectiva, de desenterrar tesoros y recuerdos, sino que también ha servido como caldo de cultivo para un proyecto. Cuatro «discípulos musicales y paisanos» de Josetxo han puesto en marcha una iniciativa de crowdfunding para grabar un EP en vinilo con versiones de canciones suyas, que estará acompañado de una casete rosa (el color fetiche del bicho) con cuatro bonus tracks, todo ello descargable también en forma de emepetreses. Los implicados en este tributo a «la figura genial y retorcida de uno de los músicos más incomprendidos del panorama nacional» son Roberto C. Meyer (The Glitter Souls, The Brillantina’s…), J’aime (Souvenir, The Brillantina’s…), Germán Carrascosa (Bananas, Los Muebles…) y Jon Ulecia (Cantina Bizarro, Gravelites…), y este es el lugar donde exponen sus propósitos y donde todos los interesados pueden contribuir. Han elegido como título Así que esto es el fin, primer verso de la canción Un poco más, pero viene al pelo recordar lo que decía la letra un poco después, porque suena a rebelión ante el silencio inmenso y definitivo: «Yo quiero más calor, más alma, ¡ruido!, ¡yo quiero una explosión!».

Una de las canciones elegidas para versionar es mi adorada Wishin’ Shift. ¡Qué buena ocasión para volver a colgarla por aquí!