Spotify se está revelando estos días como un gran invento para valorar las listas de fin de año: uno puede repasar sin demasiado esfuerzo esos discos que revistas y blogs eligen como los mejores de 2010. Y qué quieren, no sé si me estoy haciendo muy viejo o si es el clásico problema de las listas –ya saben, los votos se acumulan en lo que pone de acuerdo a más personas, aunque cada una de ellas prefiera otra cosa–, pero la cuestión es que muchos álbumes destacados por ahí me suenan anodinos, rutinarios, correctos sin más. A lo mejor el problema es simplemente que soy un poco cazurro, porque la inyección estimulante que echo de menos en esas aplaudidas músicas la he encontrado esta semana en un grupo alemán que no conocía, Banque Allemande, un trío berlinés definido por la simplicidad, la repetición y el ruido. En principio lo suyo es punk muy simple, pero son capaces de alargar sus canciones de tres acordes hasta la extenuación sin resultar aburridos (hablo de mí, a gente menos degenerada le hartarán a los veinte segundos) y además tienen unas guitarras ásperas, bruscas, bonitas, circunstancias ambas que los acercan a los terrenos más experimentales de Steve Albini y similares. Su primer álbum se titula Eins, Zwei…, lo ha publicado en vinilo el sello estadounidense S.S. Records, incluye este The Baumarkt Nation y lo mismo lo meto en la lista evadida de fin de año. Eso sí, de este vídeo no esperen grandes emociones.