En 1991, cuando la generación del Spectrum dejaba paso a los sistemas de 16 bits como PC y Amiga, el francés Eric Chahi diseñó el último éxito comercial de la época en que una sola persona bastaba para programar un juego entero. Han pasado quince años y ‘Another World’ regresa a las estanterías con la aureola del ‘cine’ de culto. A lo largo de este tiempo, la criatura de Chahi ha sido adaptada a multitud de formatos por seguidores de esta rarísima aventura en 2D que se puede resolver en unos cuarenta minutos. Dos son los motivos por los que después de todo lo que ha llovido mantiene su atractivo.
‘Another World’ es un hito en la historia de los videojuegos. Ja, ja… Sí, pues no se rían: esos polígonos que animan por millones los juegos actuales los inventó como quien dice el señor Chahi. Inspirado por los dibujos de color plano de películas interactivas como ‘Dragon’s Lair’, Chahi se dio cuenta de que se podía ahorrar memoria empleando gráficos vectoriales en vez de la animación por repetición de ‘sprites’, predominante en aquel momento. Gracias a ello, pudo añadir escenas narrativas que conferían a su aventura un ritmo cinematográfico. Por otro lado, ‘Another World’ es una obra de arte por concepto y ejecución. En la figura de Chahi convergen el programador de talento y el diseñador visionario, capaz de insuflar vida al extraño planeta al que el protagonista se ve arrojado por un desgraciado experimento, y lograr que el jugador se sumerja con él en un viaje alucinante y lleno de misterio.