Hay artistas que siempre parecen dispuestos a una buena colaboración. No teman, no voy a hablar de la promiscua Paulina Rubio, aunque me gustaría conocer la opinión de ustedes sobre los inconcebibles pantalones que luce Miguel Bosé en el vídeo de Nena, sino de alguien con un perfil más seriecito: Antony, el de los Johnsons, ese vocalista de sexualidad ambigua y garganta portentosa que sedujo al mundo con I Am A Bird Now. Si les digo la verdad, a mí me cansa un poco su romanticismo dramático y lo prefiero en pequeñas dosis, pero he comprobado que la repercusión de este hombre rebasa las fronteras habitualmente insalvables de la música alternativa: varios compañeros de gustos estandarizados, como dirían Aviador Dro, me han hablado de sus canciones con palabras elogiosas, incluso fervientes.
Pues bueno, seguramente sabrán que Antony colabora en un par de canciones del nuevo álbum de Björk, otra mujer a la que prefiero en proporciones homeopáticas, y que les han quedado francamente imponentes: aquí tienen un trocito de The Dull Flame Of Desire en directo, para hacerse una idea. Pero, en realidad, les quería hablar de otro disquito en el que también participa Antony. Se trata de The Snow Abides, un cedé de cinco canciones firmado por Michael Cashmore, miembro del mítico grupo experimental británico Current 93. Son preciosas miniaturitas que evolucionan entre la música clásica, el folk de cámara y la new age (ya siento usar palabras feas, pero es para entendernos), con arreglos de piano y cuerda que refuerzan la capacidad conmovedora de la voz de Antony. Además, las intervenciones del cantante están sabiamente dosificadas entre largos pasajes instrumentales, lo que permite antonificarse sin llegar a la saturación. Abran un paréntesis en su embrutecimiento ratonero y cátenlo aquí.