¿Puedo hablar otra vez de Haruki Murakami? ¿Sí, me dejan? Gracias, gracias… Antes de nada, me disculparé por no haber terminado todavía ‘Kafka en la orilla’: la vida real, con sus huelgas de personal de Justicia y sus comisiones parlamentarias de Sanidad, me tiene últimamente derrengado y embrutecido, con un ritmo de lectura más propio de preescolar. Pero bueno, creo estar llegando al momento cumbre de la novela, que hasta ahora es un fascinante encadenamiento lógico de peripecias majaras. En busca de una guarnición apetitosa, he estado husmeando por la página estadounidense del autor, que incluye una sección de música donde se hace lista de todas las canciones mencionadas en sus novelas. El hombre regentó un club de jazz y parece bastante modosito, así que no esperen toparse con desmesurados compatriotas suyos como Masonna o Hijokaidan, sino mucha música para equipos Bang & Olufsen y algún pecadillo como Duran Duran, Pearl Jam o Radiohead.
En realidad, le alabo más el gusto a otro de mis escritores favoritos de los últimos tiempos, el tenebroso John Connolly, que también parece bastante obsesionado por la música, hasta el punto de que una de sus novelas iba acompañada en su edición extranjera de un cedé, a modo de banda sonora. El disco se titula ‘Voices From The Dark’ y verdaderamente recrea el ambiente de sus novelas, donde hasta el momento más trivial parece entreverado de muerte y sufrimiento. El tío reivindica a The Triffids, que es una cosa muy buena para reivindicar y por eso los pongo en la foto, e incluye temas de gente como Red House Painters, Walkabouts, The Blue Nile, Go-Betweens o Neko Case. De sobresaliente, en serio. Además, mantiene un blog en el que, de vez en cuando, nos cuenta lo que escucha: entre lo último, Grizzly Bear, los autores de una odiosa versión de ‘Owner Of A Lonely Heart’ que pueden encontrar aquí y que espero Connolly no incluya en próximas recopilaciones.